Mircea Eliade (1907-1986) es uno de
esos autores que, más que poseer una obra intelectual al uso, lo que ofrecen
son auténticas cosmovisiones del mundo. Su monumental Historia de las
creencias y las ideas religiosas, y otros libros adyacentes, como el Tratado
de historia de las religiones o la Metodología de la Historia de las
Religiones, ameritarían horas de dedicación y estudio, pero las urgencias
de la vida reducen nuestras lecturas a las obras más breves, como las que
Alianza publica en bolsillo: Lo sagrado y lo profano, Herreros y
alquimistas, o El mito del eterno retorno.
El mito del eterno retorno, en concreto, no es un libro largo ni particularmente difícil, y puede leerse en las breves treguas que nos concede esta existencia pauperizada por las pantallas y el asfalto. Consta de cuatro partes, todas interesantes y todas dejándonos con ganas de más. Eliade menciona en el prólogo que quiso incluir el subtítulo “Una filosofía de la Historia” en la cabecera, pero que, por modestia, prefirió dejarlo como está.