25.1.25

Madrid DF, de Fernando Caballero

En este inicio de 2025 toca replanteárselo todo. Los tiempos aceleran que es una barbaridad, y los marcos conceptuales que manejamos caducan con una rapidez asombrosa. La reciente proclamación de Trump como presidente de Estados Unidos por segunda vez es la señal más evidente de que estamos ante el fin de una época. Todo lo sólido ya se ha desvanecido en el aire.

Mientras tanto, en España llevamos seis años de un gobierno cuya única fórmula política es la polarización. El ciclo renovador que parecía abrirse con el 15-M está definitivamente enterrado, y hemos vuelto a donde empezamos, a la hegemonía partitocrática. Solo que ahora estamos más biliosos y desesperanzados. La casta política lo tiene claro: quiere que nos inmolemos como sociedad para que ella pueda sobrevivir. Muchos ciudadanos hemos llegado a la conclusión de que el sistema no tiene posibilidad de reforma y buscamos una salida.

18.1.25

Gárgoris y Habidis, de Fernando Sánchez Dragó

En el siglo XX español hubo una polémica intelectual que, de alguna manera, sigue coleando: la confrontación entre las visiones historiográficas de Américo Castro y Claudio Sánchez-Albornoz. Resumiendo a grandes trazos, el primero resaltaba la diversidad cultural de España, dando protagonismo a musulmanes, judíos y a las distintas regiones y subculturas, mientras que el segundo defendía una continuidad histórica desde la Reconquista cristiana hasta la actualidad, con el elemento católico como eje central de la construcción nacional. Ambos eran historiadores republicanos conscientes de que este debate no solo era una cuestión de interpretación del pasado, sino que tenía implicaciones en la cimentación del nuevo Estado.

No pretendemos inmiscuirnos en un asunto que sobrepasa nuestras capacidades. Sin embargo, cuando surgen epígonos discutibles de estos grandes historiadores, creemos que es necesario señalarlo. 

11.1.25

Vida 3.0, de Max Tegmark


Max Tegmark (1967) es un físico sueco-estadounidense y profesor en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), además de fundador del Future of Life Institute. En 2007, la revista Forbes lo incluyó en su lista de las “diez personas que podrían cambiar el mundo”.

Recientemente, la editorial Taurus publicó la traducción de su libro Vida 3.0. ¿Qué significa ser humano en la era de la inteligencia artificial?, un ensayo de divulgación científica que se lee con la emoción de una buena novela de intriga. A lo largo de sus páginas, Tegmark expone una serie de escenarios posibles tras el desarrollo de la inteligencia artificial, explorando tanto sus utopías como sus posibles desenlaces apocalípticos. No obstante, como científico, evita los extremos y se centra en las posibilidades intermedias. Así, explica con serenidad los riesgos reales de un dron militar fuera de control, pero también imagina una sociedad donde la tecnología reduzca al mínimo las horas de trabajo. Al mismo tiempo, rechaza por completo la imaginería a lo Terminator, argumentando que una IA no tiene por qué desarrollar una voluntad de dominación tan específicamente humana, y mucho menos crear un ejército de cyborgs tan torpes como los de la famosa película.

4.1.25

Filosofía: quién la necesita, de Ayn Rand

Siempre consideré a Ayn Rand como la Bruja Avería del liberalismo: una autora que, en su empeño por defender lo indefendible, acaba convertida en una caricatura de la amoralidad, facilitando así la tarea a sus detractores. Me desconcertaba su legión de fieles en Estados Unidos y la profunda influencia que ejercía en ciertas minorías dinámicas del país. Claro que, también debo reconocerlo, mi conocimiento sobre su obra era superficial.

Sin embargo, la editorial Deusto ha lanzado nuevas y cuidadas traducciones de sus libros en español, y he decidido darle otra oportunidad. Compré Filosofía: ¿quién la necesita?, en parte porque imaginé que sería un ataque contra la disciplina, pero resultó ser todo lo contrario: un apasionado alegato en su defensa y una crítica feroz a quienes, según Rand (véase Kant y sus herederos), la han convertido en una forma de irrealismo. Se nota que Rand tiene formación filosófica, mala uva y cero reparos en pisarle los callos a los popes del gremio, lo que la hace, por momentos, subversiva y, por otros, hilarante.