30.11.24

Elogio del olvido


"Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo". La celebérrima sentencia de George Santayana encabeza la contraportada de la edición española del Elogio del olvido de David Rieff.  No podría estar mejor elegida. En principio parece una idea indiscutible, sensata y humanista: hay que recordar las barbaridades de nuestros antecesores para no volver a cometerlas. Por supuesto, bien pensado, también porta un reverso siniestro, ya que los recuerdos colectivos no existen, son constructos sociales. Personalmente recordamos más o menos verazmente; desde un punto de vista histórico "recordamos" lo que los señores con dinero y pistolas quieren que tengamos por nuestro pasado. La memoria es por definición subjetiva y personal, hacerla colectiva es una narrativa de poder interesada.

O dicho de otra manera: si no lo hemos sufrido en nuestra carne es que nos lo han contado y por lo tanto hay que sospechar. Si no lo hemos vivido tenemos estar precavidos, el pasado puede ser una mentira interesada.

23.11.24

De cero a uno

 

Quien tenga algo de conocimiento sobre política estadounidense encontrará bastante decepcionante los análisis que hace la prensa española de la victoria de Trump. Dicho francamente, unos profesionales que cobran por informar tendrían que ser capaces de ir un poco más allá de la monserga de que es un fascista que recurre a las fake news, o el absurdo ése de que el pueblo americano no está listo para votar a una mujer de color. Algunos medios de comunicación en lengua inglesa empero están sacando muchos artículos y reportajes explicando de manera admirablemente ponderada lo que ha sucedido, que es ciertamente complejo y poco susceptible de simplificaciones infantiloides.   

Lo cierto es que los republicanos han ido a las elecciones con un mensaje claro e ilusionante, mientras que los demócratas no tenían ninguna propuesta viable y se han limitado a pontificar que ellos eran moralmente superiores que el aprendiz de dictador gordo y con el pelo naranja. Los primeros hablaban desde la sufriente realidad cotidiana y los segundos desde la elitista ideología progresista de las clases altas.

 

17.11.24

René Girard, de la ciencia a la fe

René Girard (1923-2015) era francés pero su vida académica se desarrolló en Estados Unidos. Su nombre no suena todavía a celebridad intelectual, pero fue muy respetado por grandes pensadores del siglo XX y en la actualidad su obra tiene una creciente repercusión en distintas disciplinas de las ciencias sociales. Paul Ricoeur dijo de él que "será de la misma importancia para el siglo XXI que Marx o Freud para el XX".

Si tratamos de resumir su pensamiento en dos brochazos mal dados, diremos que la piedra angular del mismo es la teoría mimética. Algo que separa al hombre del animal es que el hombre es mucho más mimético; se forma desde su nacimiento copiando a otros.

Para Girard podemos aprender más sobre la condición humana en la literatura que en la filosofía, ya que los grandes novelistas supieron ver mejor que los filósofos que el deseo mimético guía nuestros comportamientos. El deseo no es unidireccional (sujeto-objeto) como siempre se ha creído. Necesitamos de un agente externo, un mediador, que nos diga lo que desear, y lo hace deseándolo él antes. La fricción por ese objeto de deseo deriva entonces en enfrentamiento, ya que ahora hay dos candidatos para un objeto. Si generalizamos esta lucha mimética dentro una agrupación humana la tensión es incontenible.

10.11.24

El tiempo de una vida

Juan José Sebreli ha muerto a principios de mes. Por supuesto al enterarme me he lanzado a releer su autobiografía, El tiempo de una vida, que publicó en el 2005.

No es un libro solo apto para los que le veneramos como pensador. De hecho hay poca divagación filosófica. Es más bien la historia de una vida, un tiempo y un país; además está muy bien escrito. Empieza contando su infancia en Buenos Aires, en una familia hispano-italiana de inmigrantes, pero sin poetizar nada relativo al tema; como buen sartriano, no quiere tener orígenes, se niega a considerarse una genealogía. Luego habla de su adolescencia y el descubrimiento de su homosexualidad. También de sus años de formación existencialista; el nacimiento de su conciencia política, primero como peronista, luego y definitivamente como enemigo de cualquier forma de populismo. Entre sus amistades destaca a Carlos Correas y Óscar Masotta (éste último es el responsable del desembarco de la plaga lacaniana en España, por cierto). Más adelante narra cómo creó el Frente de Liberación Homosexual, y cómo malvivió en las sucesivas dictaduras del país. Y sobre todo describe su extrañamiento en el ambiente cultural porteño, tan encorado hacia formas de irracionalismo, y defiende su propio enraizamiento en el pensamiento filosófico europeo de los años cincuenta, con Sartre como padre intelectual, y Hegel y Marx como principales referentes históricos.  

2.11.24

Por qué fracasan los países

Cuenta el imprescindible historiador Tuñón de Lara que las oligarquías latifundistas españolas del siglo XIX se opusieron a la industrialización bajo el motto de “o el petróleo o nosotros”. Maliciaban que ellos serían los reyes del mambo mientras la sociedad española fuera subdesarrollada y analfabeta; en el momento que aparecieran los trenes, las fábricas y las ciudades, pasarían a ser un mero estorbo con vestidos caros (Sus predicciones fueron acertadas, como sabemos).

Ahora nuestra casta anda un poco en las mismas. En los últimos cuarenta años España ha tenido sucesos trágicos pero ningún problema realmente desestabilizador. No había impedimentos para haber creado emporios tecnológicos, fomentar la cohesión social, diluir las tensiones regionales en aras de una integración supranacional, mejorar la educación y los medios de comunicación…Pero no, nuestras élites eligieron rompernos como sociedad y forzar a nuestros mejores jóvenes a emigrar.