Supongo que la mayoría de nosotros tenemos a las novelas de Milan Kundera como principal referencia de la Checoslovaquia comunista. Mucho más no sabemos, y se ha hecho un poco tarde para ir a comprobar en persona cómo era la vida allí. Así que lo que creemos saber es que era una dictadura no del todo criminal y no del todo paupérrima, pero donde había un estricto control político de las esferas pública y privadas, control que se ejercía mediante la omnipresencia de la propaganda y el chantaje emocional -el celebérrimo kitsch- que obligaba a comportarse de una manera determinada tanto en la calle como en el dormitorio. El castigo por desobedecer tanta emocionalidad socialista era la cárcel o el exilio.
25.2.24
18.2.24
Imitación del hombre
La cosa fue más o menos así. Hace
mucho tiempo unos simpáticos cavernícolas dejaron atrás su animalitas, e
imaginaron una red de significados cada vez más amplia y compleja que acabó
rigiendo sus vidas.
Es lo que hoy llamaríamos el amanecer
de la cultura humana.
Explicar el porqué de este amanecer y de su desarrollo es muy complicado. Durante más de dos milenios tuvieron vigencia las narraciones helénico-cristianas, pero desde el siglo XIX priman las interpretaciones antropológicas, que todavía hoy intentan darnos una explicación convincente del origen de la cultura. Para ello suelen coger un instinto un poco al azar y darle prevalencia. Por ejemplo, para los marxistas todo empezó por el instinto natural de proveerse de medios materiales de subsistencia; la cultura vendría de ahí. Para Freud lo libidinal será lo determinante. Nietzsche, por el contrario, defenderá que el instinto definitorio es el de dominio sobre los otros, mientras que Cassirer apostará por la tendencia innata hacia lo simbólico…
11.2.24
¿Creen los filósofos laicos en las revelaciones?
José Ortega y Gasset vivió siempre en la “acatolicidad”. En todos sus textos hay una visión inmanente de la existencia y los escasísimos guiños que hace a los creyentes son más de índole político que teológico. Es difícilmente discutible que su compromiso intelectual fue con el liberalismo laico. Sin embargo hay unos intentos un tanto grotescos por parte de algunos discípulos católicos por presentar a un Ortega finalmente retornado al seno de la madre Iglesia; el gran argumento es que aparentemente en su lecho de muerte aceptó la presencia de un cura. Frente a toda una vida conscientemente agnóstica, que en esos últimos minutos de ocaso tal vez besara una cruz o algo por el estilo impugnaría, según estos planteamientos, la supuesta laicidad de todo su corpus teórico y habría que releer toda su obra desde el prisma de una religiosidad latente.
4.2.24
Trilogía de la Fundación
Uno de mis mayores
arrepentimientos es no haber leído más ciencia ficción cuando era adolescente.
Y es que los afanes de pasar por intelectual me limitaron la existencia desde
muy temprano. Como quería ir de profundo me paseaba
por ahí con libros de Spinoza, pretendiendo que los entendía, en lugar de
disfrutar como los dioses mandan con las buenas aventuras intergalácticas de
serie b.
A mis años estoy intentando enmendar el error, más que nada para recomendarle libros interesantes a mi prole, pero es tarde para mí. Ya no leo en carne viva, sumergiéndome en lo que me cuentan las novelas y habitando en esos otros mundos que describen. Ahora lo hago con espíritu crítico, buscando los significados y alegorías de las historias. He perdido la capacidad de emocionarme, aunque he ganado la posibilidad de entender serenamente lo inteligentes y enriquecedores que son muchas novelas que antes ninguneaba.