28.1.24
Monsergas
21.1.24
Pasión de cancelar
Mi abuelita, eterna campesina en la ciudad, no tenía mucha letra y hablaba desde un sentido de la dignidad humana que sencillamente se tiene o no se tiene, pero que desde luego no se puede improvisar. Un sentido innato de la dignidad que también poseía Antonio García Trevijano, y que le llevaba a decir lo mismo que mi abuelita -lo de no unirse a los linchadores- con más y mejores palabras, pero con un mismo sentido moral.
14.1.24
Elias Canetti contra la muerte
7.1.24
Cooperativismo y el distributismo
Las fiestas navideñas se acaban y nos
arrojamos de nuevo a una realidad política crispada, extraña y, en cierta manera,
caricaturesca. Frente a la avalancha de malas noticias y recibos de la luz
estratosféricos podemos consolarnos planteando cambios en la forma de dirigir
la economía, a sabiendas de que no servirá para nada, porque nuestro hilo de voz
es débil y los superseñores del capitalismo financiero tienen el megáfono.
Al menos, creo yo, merece la pena pensar sobre ello. Es una buena ocupación que podrían tener los filósofos. En lugar de perder el tiempo con los galimatías heideggerianos, que a nadie importan, se podrían crear cursos de doctorado o grupos de investigación sobre la viabilidad del cooperativismo y el distributismo.