30.12.23

El totalitarismo kitsch


1.
Milan Kundera es un celebérrimo autor checo cuyos libros suelen ser excelentes y además gozan de buena acogida entre los lectores. En sus novelas, repletas de digresiones filosóficas, demuestra que es un tipo con kilómetros de rodaje vital y que atesora innúmeras lecturas. Pero también tiene libros de no ficción que son complemento y enriquecimiento de sus ficciones.
El arte de la novela, por ejemplo, es un ensayo que tiene siete capítulos autónomos de distintos géneros, pero que en conjunto se puede leer como una única propuesta estética.

24.12.23

¿Para qué servimos los filósofos?

1.

Quien visite hoy la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid corre el riesgo de caer en un error si se deja llevar sólo por el sentido de la vista. Podría confundir el imaginario hegemónico con el sentir de la mayoría. Al ver las sempiternas algaradas anunciadas y las omnipresentes pancartas tirapiedras podría asumir que es una facultad monotemática, pero no es así. O lo es sólo epidérmicamente por insistencia de una minoría excesivamente politizada e hiperbólica. Pero el espray de las pintadas no traspasa a la mayoría de las pieles, que se han hecho impermeables a él. La Complu es plural.  

16.12.23

Todo lo sólido se desvanece en el aire



Todo lo solido se desvanece en el aire, todo lo sagrado es profanado, y los hombres, al fin, se ven forzados a considerar sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocas
Karl Marx
 
 
Es un poco lugar común en la teoría postcolonial el descalificar a Marx por su eurocentrismo y aceptación de los valores de la modernidad. Se citan sus textos sobre la colonización de la India, o los párrafos de El Manifiesto Comunista donde ensalza el mundo racional que está creando la burguesía, para relegarlo al rincón de los malvados hombres blancos que imponen su “violencia epistémica” sobre los indefensos habitantes del sur.
 
Uno de los pocos teóricos de defienden a Marx en este terreno es el neoyorquino Marshall Berman (1940-2013), que es autor del libro Todo lo sólido se desvanece en el aire. El hecho de que utilice para el título del libro unas palabras dichas por Marx para definir la modernidad es bastante ilustrativo, y desde luego hay pocas descripciones mejores de lo que ha sucedido en el mundo desde hace tres siglos: todo lo que se pensaba que era sólido, inmutable, como la religión, los órdenes sociales, el poder, las fronteras,... han ido desvaneciéndose gradualmente hasta quedarse en nada, sin que unas nuevas creencias igual de sólidas hayan venido a sustituirlas. El hombre ha quedado solo y ahora es dueño de sí mismo, con todo lo que supone de desorientación. Y Marx defiende esto como un camino de liberación. No hay vuelta atrás posible ni deseable; la idealización de tiempos pasados o de culturas periféricas es una regresión. 

10.12.23

En el viñedo del texto


1.
Ivan Illich quería parar las máquinas y que empezáramos a producir por nosotros mismos lo esencial que necesitáramos para llevar una buena vida, sin malgastar ni un minuto de más en nada superfluo. Nació en Austria en 1926, se hizo sacerdote, y pronto emigró a Nueva York, donde tomó un primer y decisivo contacto con la población hispana. Más tarde se trasladaría a Puerto Rico y luego a México, donde se acabaría enraizando. No es forzado sostener que toda su obra es incomprensible si la desvinculamos del compromiso con Iberoamérica.
Escribió una decena de libros y podemos dividir su obra teórica en dos etapas: en la primera critica radicalmente lo que él considera mitos de la modernidad occidental (educación, sanidad, desarrollo,…); mientras que en la segunda se orienta a una investigación sobre la percepción y la materialidad, con sus historias de la lectura, del trabajo, o del imaginario popular en torno al agua, por ejemplo.

3.12.23

Dos libros de John Zerzan

 

John Zerzan (n.1943) es un teórico anarquista norteamericano cuyos postulados contra la tecnología y a favor del anarco-primitivismo pueden parecer maximalistas y un tanto absurdos. Y de hecho lo son; pero sus análisis del mundo en el que vivimos son empero brillantes y merecen ser leídos. Es un autor que tiene su público, sobre todo en Estados Unidos, y se considera que fue el referente intelectual del Bloque Negro que protagonizó los disturbios de Seattle en 1999.

A raíz de la relevancia que tuvo por este hecho se tradujo a nuestro idioma Futuro primitivo, texto publicado originalmente en 1994, y del que hay dos ediciones españolas fácilmente hallables en la red. Una de ellas (retitulada El Malestar en el tiempo) tiene un antílogo, o sea un prólogo crítico, del fallecido Gustavo Bueno, que consideró que una forma de homenaje a Zerzan era presentarle una “beligerancia sistemática”.

26.11.23

Dos palabras contra Heidegger

1.
Martin Heidegger (1889-1976) está considerado el gran filósofo del siglo XX, lo que indica que este período de la historia de la filosofía es de baja calidad. Su prestigio sin embargo es empero voluble, ya que ha tenido décadas en las que su lectura era vergonzante y otras en las que parecía que se hacía obligatorio pasar por él para poder elaborar cualquier propuesta filosófica. Ahora estamos dejando felizmente atrás unos años postmodernos en los que la hermenéutica heideggeriana era, como decía G. Vattimo, la Koiné (o lengua común) del mundo intelectual europeo.
Heidegger ha sido totalmente hegemónico. Hemos tenido que crecer con él los que nos formamos en Filosofía en años recientes, como Marx se le salía por las orejas a los estudiantes en los años setenta o Santo Tomás saturaba a nuestros pares de la postguerra. Es inevitable cierto asco cuando un autor se impone en los planes de estudios y cercena otros posibles caminos, mucho más interesantes pero inexplorados porque no son por los que transitó el pope.

19.11.23

Hijos de hombres


Hijos de hombres es una novela distópica publicada en 1992 por la autora británica P.d. James. Tuvo bastante éxito en su momento y todavía hoy se considera una de las novelas más influyentes del siglo XX. En el 2006 Alfonso Cuarón realizó una adaptación cinematográfica que también tuvo una gran acogida y que para muchos cinéfilos es una de las mejores películas de los últimos tiempos. 

Novela y película comparten un mismo marco argumental: en un futuro próximo han dejado de nacer niños, por lo que la humanidad parece condenada a la extinción. Impera un ambiente de fatalismo y depresión, y en Inglaterra, donde transcurre la acción, se ha impuesto un régimen autoritario. El protagonista es Theo, un funcionario gubernamental que recupera las ganas de luchar por un futuro mejor cuando descubre que después de dos décadas de infertilidad generalizada va a nacer un  nuevo bebé.

12.11.23

La masa enfurecida


Douglas Murray es un autor británico con cierto éxito; sus libros se venden bien y es una personalidad conocida en internet. Políticamente se mueve en la permeable línea que hay entre el liberalismo y el conservadurismo. Diez años atrás sería considerado un centrista típico y tópico, pero como el eje izquierda/derecha se desplaza lenta pero inexorablemente hacia la izquierda, y aunque él no haya cambiado de parecer en las últimas décadas, ahora está posicionado en eso que se ha venido a llamar la “intellectual dark web”, donde tributa como opinador derechista y políticamente incorrecto, compartiendo podio con Jordan Peterson, Ben Saphiro y tantos otros.

5.11.23

Totalitarismo: La resistencia filosófica


Totalitarismo: La resistencia filosófica es una suerte de mapa trazado sobre la historia del pensamiento en la que se señala, como si de territorios liberados se tratara, los momentos en los que la filosofía ha demostrado ser una forma de resistencia frente a la tiranía, aquí llamada a conciencia “totalitarismo” a pesar de la modernidad del término. 

En los días finales de Febrero del 2017 un grupo de profesores de la UNED y de la Universidad Complutense de Madrid se reunieron en la facultad de filosofía de esta última institución y debatieron sobre el totalitarismo. La premisa era dialogar sobre esta forma política desde las posibles resistencias que los grandes pensadores hayan podido ejercer de una u otra manera a lo largo de la historia. 

29.10.23

Tejidos oníricos


Santiago Castro Gómez, profesor de la Universidad Javeriana, se reconoce discípulo de aquél Grupo de Bogotá (Marquínez, Salazar, Herrera Restrepo…)  que a finales de los setenta y principios de los ochenta representó la variante colombiana de la Filosofía Latinoamericana. Eran una serie de profesores de la Universidad de Santo Tomás que convocaron la por entonces pionera Maestría en Estudios Latinoamericanos, y a partir de ahí construyeron un discurso latinamericanista propio, mientras también recuperaban un archivo de pensamiento colombiano del que nadie había querido, o podido, hacerse cargo hasta ese momento.

22.10.23

El grupo de Bogotá



El conocido como Grupo de Bogotá fue un conjunto de profesores de la Universidad Santo Tomás que protagonizaron la variante colombiana de la filosofía latinoamericanista. Si nos aferramos a unas fechas concretas para delimitar su vigencia, podríamos decir que ésta empieza con la publicación en 1977 de la Metafísica desde Latinoamérica de Germán Marquínez, y se cierra con la desmitificadora recapitulación que supuso la Crítica de la razón latinoamericana de Santiago Castro-Gómez en 1996.

En esos casi veinte años el Grupo creó un Máster en Filosofía Latinoamericana, reeditó grandes clásicos del pensamiento colombiano que se encontraban descatalogados, abrió el Centro de Enseñanza Desescolarizada, y sacó la Revista de Filosofía Latinoamericana, que todavía hoy se edita.

Pero sobre todo originó un corpus teórico propio de gran interés, con varios libros de fuente primaria y secundaria escritos por los miembros del Grupo. Hay textos con innovadoras propuestas de metafísica, filosofía política o ética, pero también muy buenos manuales de introducción a la filosofía en general o a la obra de determinados autores (Ricoeur, Marx o Zubiri, por ejemplo).

14.10.23

La monserga de las humanidades

Continuamente escuchamos a gente bondadosa lamentándose porque las humanidades pierden terreno en el mundo actual. Ya sea por culpa del maligno neoliberalismo, que nos quiere productivos pero sin alma, o de los políticos, que nos quieren sencillamente brutos, parece como si hubiera una conjura perversa que nos arrastra a un mundo tenebroso sin las celebérrimas humanidades. Se deduce de tal catastrofismo que estas disciplinas académicas deben de ser la luz del progreso y la panacea de la felicidad personal, y que sin ellas el averno sería nuestro hábitat cotidiano.
A las humanidades -signifique el término lo que signifique- se les rinde hoy una reverencia religiosa. Es una herejía ponerlas en duda. Son en definitiva un mito moderno, algo similar al mito de la cultura que tan bien describió Gustavo Bueno.

8.10.23

Idea de Nietzsche

El Fernando Savater joven, el que escribía en los años de la Transición, era seguramente menos sabio que el de ahora, que peina canas, pero desde luego resultaba mucho más divertido. Algunos de sus libros de entonces, Panfleto contra el Todo, Para la anarquía, Nihilismo y acción o La filosofía como anhelo de la revolución,  casi no se han reeditado desde entonces, pero sin embargo siguen manteniendo su vigor inicial.

Aquella era una época constituyente en la que cada día se abolía una antigua restricción y todavía no se había impuesto un nuevo relato hegemónico sobre la sociedad; todo estaba abierto, pues, reinaba la autonomía individual (No por mucho tiempo, claro, Savater mismo anunciará con cierta desapegada solemnidad, ya en los años ochenta, que se unía a las tropas de asalto cultural del felipismo, acatando así lo que se convertiría el relato dominante).

1.10.23

Contra Debord

Paul Bowles decía aquello de que la diferencia entre el turista y el viajero es que el primero parte sabiendo su fecha de retorno, mientras que el segundo desconoce cuándo volverá. Con el mundo intelectual pasa lo mismo. Hay pensadores valientes que caminan fuera de las rutas asfaltadas; van con la mochila vacía porque presienten que la llenarán de alhajas y convierten el viaje en una búsqueda sin miedo a lo que puedan encontrar. 
Y luego están los otros, los que inician el trayecto con todo planificado, sin lugar a las sorpresas ni cambios de última hora; asegurándose que llegarán puntualmente en el aeropuerto a la hora convenida. Son los que viajan para levantar acta de sus propias descripciones de la realidad, un acta que ya estaba prácticamente escrita antes de salir. Estos son los pensadores-notario, turistas del pensamiento, con su jerigonza críptica y fieles seguidores.

24.9.23

Enrique Ocaña, dolor y filosofía

1.
En los años noventa un joven filósofo valenciano llamado Enrique Ocaña (n. 1965) llamó la atención con sus primeros libros. El Dionisios moderno y la farmacia utópica era una buena investigación sobre la relación de varios escritores con las drogas. Más allá del nihilismo y Duelo e historia fueron dos aproximaciones a la obra de Ernst Jünger; el primero correcto y didáctico; el segundo, de una gran belleza y profundidad, todavía es de mis lecturas de cabecera. El último libro que presentó fue Sobre el dolor, la que se supone es su gran obra, pero que a mí me parece sin embargo el típico mamotreto de aspirante a genio de la filosofía, con su abundante exhibición de citas y enésima reinterpretación de los clásicos desde una supuesta perspectiva innovadora. 

17.9.23

Panfleto para seguir viviendo

Panfleto para seguir viviendo de Fernando Díaz, que ahora felizmente se reedita, es el libro definitivo sobre la juventud del extrarradio madrileño de nuestros días. Se publicó por primera vez en el 2007 con un texto en la solapa izquierda, donde suelen glosar obra y milagros del literato, que se limitaba a decir: "Fernando Díaz nació en Madrid en 1979 y forma parte de una organización revolucionaria". La leyenda es que el autor ni siquiera conoció a su editora, que ella recibió el manuscrito y lo publicó sin si quiera un apretón de manos. Díaz insiste en el texto en que no quiere convertirse en escritor profesional. También afirma que lo que cuenta es en verdad su vida; si es así, estamos ante uno de los libros más importantes de las últimas décadas. Si hay algo de truco detrás, si su autor es por ejemplo un postgrado en literatura comparada capaz de impostar voces, sigo considerándolo importantísimo, pero ya sin voz eufórica ni exclamaciones.

Amo especialmente este libro también por cómo llegó a mi vida. En la Luis Ángel Arango, la biblioteca más grande de Bogotá, de vez en cuando hacen saldos de libros a precios irrisorios. Un día había cajas y cajas con docenas de ejemplares del Panfleto a 2000 pesos –al cambio no llega ni a 1 euro-, y pensé que el título era atractivo y que por ese precio me arriesgaba. Muchos estudiantes y viandantes pensaron lo mismo, supongo, porque se vendía bien.

10.9.23

Astropolítica


Nosotros nunca caminaremos sobre la superficie de Marte. Será muy difícil que lleguemos a ver la normalización de los viajes interplanetarios o el asentamiento de colonias espaciales. Nuestra generación no cruzará esa frontera. Pero los niños que juegan hoy en el parque de nuestro barrio todavía están a tiempo. Los que alcancen la madurez a mediados de este siglo podrán visitar otros planetas o incluso vivir allí. Depende de nuestra generación prepararles el camino.

Puede que no sea mucho, pero tampoco es nada, conmueve imaginarlo: nuestros hijos o nietos, cuando sean adultos, en algún momento de descanso o introspección, ante un horizonte rojo y cubierto de estrellas, verán surgir mansamente un planeta azul al que un día llamaron hogar y pensarán en lo mucho que les gustaría que pudiéramos estar allí con ellos en ese momento.

3.9.23

Biopoder y depilación


El Biopoder está disponible en cremas, píldoras y aerosoles.
Tiqqun

En Asfixia de Chuck Palahniuk hay un momento en que una loca sale corriendo desnuda, y al describir su vagina totalmente depilada, el narrador sugiere que le recuerda “una ranura por la que pasar la tarjeta de crédito”. No es baladí la metáfora económico-consumista.  Caitlin Moran en Cómo ser mujer abomina de las modas rasuratorias. Cuando hace cuentas de lo que hay que gastarse en cremas y otras vainas afirma que “por fin han conseguido que las mujeres tengamos que pagar por tener coño”. Luego se pone a recordar cómo empezó todo, y explica que fue muy rápido, que en los años noventa lo normal era la peludez, pero que con el nuevo siglo, en poco más de un año, ir completamente lampiña se convirtió en un imperativo social. Un contagio mimético genital. 

El fenómeno es fascinante. Es prácticamente imposible encontrar ya un matojo de los de toda la vida –eso ahora es vintage-, todas las mujeres han pasado por el aro. Y si todavía queda alguna hippie vergonzante, por lo menos se lo reduce hasta casi invisibilizarlo.  Luego además hay derivados de esto. Si los labios vaginales quedan demasiado sobreexpuestos, o sea poco infantiles, ya hay cirugía para recortarlos. Si el ano se desvela como poco chic, hay operaciones de blanqueo.

27.8.23

Cuatro visiones de la Historia Universal

El filósofo barcelonés José Ferrater Mora fue uno de los exiliados que desarrolló una vasta obra en el exterior; aún vivía en 1975 y volvió a pasar sus últimos años en España. Sin embargo su vigencia filosófica en nuestro país no goza –nunca lo ha hecho- de buena salud. Sus libros no se reeditan y hay algunos que ya son inhallables. Eso por supuesto no quiere decir que no merezcan la pena. Hay un texto en concreto que aparece en sus Obras Selectas[1], llamado Cuatro visiones de la Historia Universal que es una inmejorable puerta de entrada en eso que se ha venido a llamar la Filosofía de la Historia.

En este texto se nos explica la concepción que han tenido de la Historia cuatro autores cimeros (San Agustín, Vico, Voltaire y Hegel), en los que considera que se resume un poco toda la Filosofía de la Historia Occidental. Dice que estos cuatro no son necesariamente los más importantes, pero sí los más originales, y que los demás se pueden inscribir en sus sistemas. Así, por ejemplo, dice que Marx no necesita un apartado especial porque él cabe en el pensamiento de Hegel. Por supuesto todas estas generalizaciones necesitarían matices, pero para aproximarnos brevemente a los antecedentes del materialismo histórico dentro de los márgenes de este trabajo, nos sirven.

20.8.23

Una ventana al mundo



Una ventana al mundo puede ser una oportunidad para evitar el destino de algunos organismos: la autofagia.
José Ferrater Mora

Los españoles se ahogan entre sus propios espumarajos, tal vez por costumbre. Siguen con pleitos decimonónicos en tiempos cuánticos. Hay mil sucesos locales y globales que podrían encarar, pero prefieren seguir resentidos y biliosos, acusando de sus miserias al vecino, que en la mayoría de los casos está tan vapuleado como ellos mismos. El Cotarro lleva cuarenta años emponzoñando a la ciudadanía convenciéndonos de que entre zurdos y diestros, centro y periferia, creyentes y no creyentes, la convivencia es imposible y el odio legítimo. Ahora que sabemos que todo era un circo para mangonear mejor, la rabia se reorienta hacia los que se beneficiaban de plantar cizaña. Es un buen primer paso, pero sigue sin superarse el abotargamiento de quien lleva demasiado tiempo encerrado en una casa con parientes que detesta.

13.8.23

H.P Lovecraft. Contra el mundo, contra la vida

 

Hay libros que abren nuevos caminos. No tienen que ser necesariamente publicaciones estruendosas y magnificadas, también pueden ser minoritarias insolencias intelectuales que nadie esperaba y que poco a poco, sin hacer mucho ruido, aglutinan seguidores.

H.P Lovecraft. Contra el mundo, contra la vida de Michel Houllebecq es un ejemplo.

Seguramente pocos de los lectores del novelista francés se habrán interesado por esta obra aparentemente secundaria, y dudamos de que esté entre lo más vendido de su catálogo. Sin embargo en los mundillos intelectuales contemporáneos tiene gran importancia. La consagración de Lovecraft como referente del realismo especulativo se debe en gran medida a esta obra.

6.8.23

Sociología del moderneo


La sociología no es una disciplina cuya lectura resulte especialmente grata al profano. La mayoría de sus textos abundan en terminología propia del gremio, así como en un enfoque farragoso y estadístico. Pocos de sus autores consiguen traspasar los límites de la academia, aunque los que lo hacen son celebrados por el lector generalista. George Simmel, Gilles Lipovetsky o más recientemente Zygmunt Bauman son ejemplos de sociólogos que saben escribir bien y que gozan de cierta estimación popular.

Otro de los problemas, creemos, que entorpece la difusión de la sociología, y que tal vez es inherente a ella por sus orígenes marxistas, es su impugnación sistemática de la sociedad en la que vivimos: paradójicamente muchos sociólogos parecen detestar a nuestra sociedad, y tal vez por un síndrome de autoimportancia, se dedican a anatemizarla y profetizar su derrumbe. Pero los agoreros acaban resultando cansinos, sobre todo cuando nada de lo que auguran que va a pasar sucede realmente. Para muchos sociólogos la colectividad es una cárcel y el capitalismo el infierno en la tierra; aunque la verdad es que todos seguimos adelante como podemos, nos queremos tanto como nos dejamos, y en el horizonte tenemos esperanza y destellos de felicidad. Para mejorar agradeceríamos que nos explicaran cómo es el mundo, no cómo de resentido está el ánimo del que nos lo describe.

30.7.23

Las aventuras de la vanguardia


Juan José Sebreli es un prolífico autor argentino de distribución un tanto irregular en España; varios de sus libros no han llegado aquí. Los que sí están son los tres que conforman su trilogía en defensa de la modernidad: El asedio a la Modernidad, volumen inaugural que se centra en la política, El asalto a la razón, sobre la filosofía anti-moderna, y Las aventuras de la vanguardia, que estudia a las vanguardias alzadas contra lo que paradójicamente las han hecho posibles. Hay un cuarto libro, independiente pero que también sigue el hilo, llamado Dios en el laberinto, en el que cartografía la situación de la religión en nuestro tiempo.
Las aventuras de la vanguardia es la única de estas obras que lastimosamente no ha tenido reediciones en papel desde su aparición, ya en el 2002, pero se puede encontrar en versiones digitales. Es un libro extenso y erudito en el que Sebreli demuestra su buen hacer y su compromiso con la modernidad liberadora promulgada por Jürgen Habermas y otros filósofos afines, una modernidad que esté enraizada en la Ilustración y sea refractaria a los irracionalismos tanto antiguos como postmodernos.

22.7.23

Dos libros en primera persona sobre la muerte



1.
Tal vez el lugar común por excelencia sea la muerte. Nuestros seres queridos se mueren, nosotros nos morimos; la muerte siempre aguarda. Somos la única especie que desde su origen remoto sabe que esto se termina. No porque tenga un vago instinto que le avisa de que corra al ver al león, sino que racionaliza y es consciente de que cuando aparece el león todo puede volverse oscuridad, y entonces ya no habrá mañana en el que abrazar a los hijos o contemplar el sol ponerse desde la colina.
Las religiones han cumplido muy bien durante milenios a la hora de contarnos lo que es la muerte y narrarnos hermosos cuentos que nos ayuden a sobrellevarla. Pero ahora ya no están y nadie nos susurra palabras salvíficas. Nunca habrá un relato ateo de la muerte que nos convenza realmente. Los intentos de la filosofía en el siglo XX por hacerlo han sido necesariamente patéticos.
El león ahora nos da mucho más miedo, lo que no quiere decir que añoremos las canciones de cuna.
Sin necesidad ni de regodearse mórbidamente en un tema que no tiene por qué ser central en la vida, ni evitarlo radicalmente como si nunca fuera a pasar, tratar el asunto de la muerte tiene un cierto interés que oscila entre lo intelectual y el manual de autoayuda. Pero cualquier pensador que intente sistematizar y dar respuestas conclusivas sobre la muerte desde la increencia está condenado al fracaso. 
Hay escritores sin embargo que han dejado testimonio personal ante su inminencia, como Harold Brodkey en Esa salvaje oscuridad. La historia de mi muerteo buenas novelas como La muerte de Ivan Illich de Tolstoi, que describe bien el proceso.

16.7.23

Contra la imaginación


Un veneno infesta la literatura: la imaginación

Con Christophe Donner hay poca hermenéutica que podamos hacer. Sólo sabemos de él que es francés y calvo, escribe cuentos infantiles, tiene un gusto terrible para las camisas y en el 2000 publicó un manifiesto perturbador que incapacita para la ficción: Contra la imaginación (Espasa Hoy, 122 páginas).

Su lectura animará a quien crea que escribir es un compromiso intelectual y no un ejercicio evasivo. El libro es un ataque continuo contra el alejamiento de lo que “el arte ha de ofrecernos: un reflejo de la vida”. O sea, una diatriba contra la piedra angular de la ficción: la imaginación, esa “hipnosis” que, como “las rimas” y “la pequeña música de las palabras”, nos lleva a territorios banales y manidos. Porque al final la imaginación no es más que eso, una especie de refugio donde sólo habitan lugares comunes. Todo en ella se ha visto mil veces, desde las reconciliaciones amatorias bajo la lluvia a la muerte del soldado que compró la granja justo antes de ser movilizado.

Recorremos sus páginas planteando mociones, sin embargo todas nuestras objeciones son rebatidas. Donner ha estado allí, entre los amantes de las bellas mentiras, por lo que se adelanta y responde a casi todo.

9.7.23

Humanismo impenitente

Los filósofos tienen algo de beatas fácilmente escandalizables. Exhiben tal respeto por los libros canónicos y por su pequeño santoral de maestros ilustres, que a la primera ironía o requiebro se sulfuran y gesticulan como ante una sangrante blasfemia.

Les encanta flagelarse con lecturas imposibles a las que dedican muchísimas horas de sus solitarias vidas porque cuando consiguen desentrañar sus arcanos misterios se sienten incluidos en el Gran culto universal de los pedantes, taifa poco atractiva para ser sinceros pero única en la que son aceptados, y a la que por ello tributan especial devoción.

Así, Heidegger será para ellos siempre el gran pope, más que nada porque no se le entiende de primeras y por ello da para mucho lucimiento interpretativo.

Como los filósofos necesitan complejidad textual para poder elevarse por encima de los paganos, detestan con especial inquina a los que de entre ellos escriben bien y con claridad.

2.7.23

Cómo acabar con la contracultura

En el 2018 apareció el libro Cómo acabar con la contracultura de Jordi Costa, o sea que en la vorágine de novedades en la que vivimos ya era un producto caduco que no merecía figurar en lugares preeminentes de las librerías. Sin embargo un pequeño guiño de Pedro Almodóvar en su última película, Dolor y gloria, le ha devuelto a la actualidad. Cómo acabar con la cultura es el libro que desdeña en una escena el personaje que interpreta Antonio Banderas, que como es sabido es el alter ego del propio director.
Que la referencia sea displicente no deja de ser un juego de ironías; Almodóvar sabe que está suscribiendo su contenido y haciéndole una publicidad impagable al libro.
Jordi Costa es un experto en cine que se mueve en el mundo de los estudios culturales patrios. Colaboró en el trabajo colectivo Ct o la cultura de la Transición con un capítulo sobre la cinematografía española marginal.
Por supuesto no es baladí que las treinta páginas iniciales de Cómo acabar con la cultura sean un análisis de filmografía del manchego, desde una primera obra tan inteligente y contracultural como Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, a sus últimas películas, en las que Jordi Costa ve todavía cargas de profundidad y un pequeño broche final a la contracultura española desde la Transición.
Almodóvar aparece como un epifenómeno de los últimos cuarenta años de vida sociocultural del país.

25.6.23

El cosmos fallido de los godos



José Luis Villacañas (Úbeda, 1955) es uno de los pensadores españoles actuales más interesantes e ineludibles. Publica con apabullante regularidad y se pueden encontrar varios de sus trabajos en la sección de novedades de cualquier librería. El que nos ocupa ahora es la primera entrega de lo que promete ser una obra de referencia compuesta por veintiún volúmenes, La inteligencia hispana (Ideas en el tiempo), un repaso histórico de las concepciones y las maneras de ejercer el poder que ha habido en el orbe hispánico desde la caída del Imperio romano.

Este volumen inaugural, El cosmos fallido de los godos, contiene una introducción donde el autor desgrana los planteamientos de la obra general, y donde afirma que la gran incógnita histórica de España es que no ha conseguido conformarse como nación a pesar de que tenía más facilidades para ello que otros países mucho más recientes y que sin embargo han tenido más éxito dando ese paso.

18.6.23

El fútbol como ideología



El fútbol resulta inexplicable: ¿cómo es posible que una cosa tan estúpida pueda ser el principal tema de conversación de adultos con coeficientes de inteligencia supuestamente normales? Y sobre todo: ¿por qué el silencio de las minorías académicas e ilustradas ante tan burda imposición en nuestras vidas?
A favor del fútbol se publica mucho, como las elegías demagógicas de Eduardo Galeano o las de Javier Marías. Pero en contra reina el mutismo; solo se dicen algunas cosas con la boca pequeña y nunca en monografías. 
Que no encontremos prácticamente libros que estudien las patologías y sumisiones que se relacionan con este espectáculo es llamativo.
Hay, que sepamos, solamente dos obras específicas en nuestro idioma que son críticas, curiosamente ninguna publicada en España. Una es La era del fútbol de Juan José Sebreli, que apareció en Argentina en 1998 y casi no tuvo distribución aquí; otro El fútbol como ideología, del sociólogo alemán Gerhard Vinnai, traducido y publicado por primera vez en México en 1974.

11.6.23

La era del fútbol


En el cementerio de Usaquén, al norte de Bogotá, se pueden encontrar lápidas con símbolos de equipos de fútbol. Aficionados que al morir eligen que los colores de su club les acompañen en la eternidad. En Inglaterra también sucede, aunque allí son los féretros los que van decorados ¿Qué clase de personas pueden creer que ser enterrado así es la culminación de su existencia?

Juan José Sebreli da algunas respuestas en La era del fútbol. Publicado en Argentina en 1998, se centra sobre todo en este país. Pero habla de fútbol y adoctrinamiento de masas, corrupción y violencia hincha, trasvase de directivos de clubs a la política, miserias académicas frente a la cultura populista, festividad postmoderna como celebración del vacío… y toda una serie de hechos relacionados con el “deporte rey” que atraviesan y desvertebran más o menos por igual todas nuestras tristes coordenadas globales.

4.6.23

La Era Rock

Leo La Era Rock (1953-2003) de Jordi Sierra i Fabra. El libro tiene algo de manual definitivo que se agradece. Curioso y útil para conocer las historias de todos los figurantes a los que las masas han tributado adoración en los últimos cincuenta años, no consigue empero que el profano consiga entender cómo una música tan estandarizada y mediocre pueda todavía hoy conmover a nadie. Es más, contraviniendo el afán laudatorio con que está escrito, cuando se termina su lectura nos embarga cierto sentimiento spengleriano, pero no ya de decadencia de Occidente, sino de cataclismo inminente: una civilización que venera a cenutrios como Mick Jagger está condenada a la extinción.

Tuvo su gracia al principio, suponemos, esto del rock, con su osadía decibélica y la mezcla de estilos; pero medio siglo con la misma matraca es demasiado tiempo. Es un género agotado e inerte, producido en serie y con un mensaje de rebeldía sencillamente pueril.

28.5.23

Zonas Temporalmente Autónomas

Hakim Bey, que en turco quiere decir “señor juez”, es el seudónimo del recientemente fallecido Peter Lamborn Wilson, un anarquista y sufí norteamericano que nació en 1945, y al que debemos algunos de los textos más influyentes del underground cultural de las últimas décadas. De su extensa obra sólo circulaban en nuestro idioma, dispersos y en ediciones marginales, Caos, Inmediatismo y Zonas temporalmente autónomas. Recientemente la editorial Enclave de libros ha decidido reeditarlos juntos en un cuidado volumen. Apadrina el invento Servando Rocha, habitual rescatador de este tipo de rarezas.

T.A.Z., título general del volumen y que es el acrónimo inglés de las Zonas Temporalmente Autónomas, es una exposición de doscientas cuarenta y seis páginas del “anarquismo ontológico” que defiende Bey, y que se encuadra, como todo lo que huele a pólvora, en lo que se ha venido a llamar “anarquismo postizquierda”, esa corriente de pensamiento estadounidense que quiere un anarquismo autónomo y emancipado del izquierdismo actual, al que acusan de haber descarrilado en políticas identitarias y colectivistas.

21.5.23

Culpables por la literatura



En la sección de novedades de cualquier librería decente del país encontramos en estos días  Culpables por la literatura. Imaginación y contracultura en la transición española (1968-1986), que es un libro que pronto creará escuela y que será citado en lo sucesivo hasta el hartazgo por académicos y cronistas. Su autor es Germán Labrador Méndez, un profesor español que ejerce en la Universidad de Princeton.
Se trata de una intrahistoria de los años de la Transición centrada en los movimientos político-artísticos contestatarios y tocanarices. La bibliografía, referencias, datos y nombres que aporta es apabullante; da para escribir docenas de estudios que desarrollen sus distintos capítulos.
Parece la versión ácrata y lisérgica de la Historia de los heterodoxos españoles de Menéndez Pelayo. Se lee con pasión.  Está bien escrito, cautiva, y finalmente nos deja preguntándonos si un país que engendra hijos de un talento y lucidez como los que mueren en estas páginas no merece otra oportunidad. 

14.5.23

Pretenciosidad. Por qué es importante

Son parte del paisaje de las grandes urbes occidentales. Pueden verse en el metro sufriendo la lectura de Joyce; o en algún bar intentando desentrañar las crípticas pinturas del último artista de moda; o tratando de prestigiar sus artículos usando algún término raro, como “prestigiar”.

Hablamos, claro, de los célebres culturetas. Odiados sin piedad por el ciudadano medio, que les acusa de pedantería, falsedad y, sobre todo, de pretenciosidad. Este último calificativo pende como espada de Damocles sobre cualquiera que parezca querer salirse de la mediocridad ambiental; caer bajo ese estigma puede suponer la muerte social.

Porque nada se tolera menos que a un tipo pretencioso.

Dan Fox es un crítico de arte inglés que ha publicado Pretenciosidad. Por qué es importante, un ensayo de esos que no cambiarán la historia de la humanidad, pero que se lee con gusto, sobre todo porque impugna con valentía una convicción social que nadie pone en duda.