La ciencia ficción suele ser motivo de burla entre los defensores de la "alta cultura". Aunque, si las escuchamos bien, esas risas son huecas, temerosas; más bien son las risitas nerviosas de quien sospecha que está equivocado. Porque, de hecho, la ciencia ficción ha logrado, mejor que ningún otro género literario, presentarnos metáforas políticas e históricas en las que vernos reflejados, imágenes de la naturaleza humana como horizonte de posibilidades, así como modelos de convivencia alternativos y predicciones sociales sobre los que trabajar y aprender.
30.10.22
23.10.22
El estilo del mundo
Vicente Verdú falleció hace ya algún tiempo. Fue un célebre periodista y prolífico autor de más de veinte libros. Obtuvo el doctorado en Ciencias Sociales en la Universidad de París y dirigió la sección de cultura del diario El País durante varios años. Publicó casi siempre en editoriales de prestigio y tuvo voz en los medios de comunicación mayoritarios. Escribía bien y era claro en sus exposiciones, lo que ya es mucho decir para su gremio.
En 2003 apareció la que se anuncia como su gran obra, El estilo del mundo, que Anagrama reeditó en bolsillo hace poco. Según un artículo de la época, Verdú dedicó cuatro años a su redacción y leyó más de 500 libros y mil artículos de ciencia para documentarse. Es, desde luego, un libro interesante y demuestra que el autor estaba al tanto de todo lo que se pensaba y sucedía en aquellas fechas. El título se refiere, nos dice en el prólogo, al zeitgeist, el espíritu del tiempo. Y, en efecto, se traza una excelente cartografía del consumo, el urbanismo, el sexo, la política, lo divino y lo mundano de la Europa de principios del siglo XXI.
16.10.22
Partitocracia y sanidad pública
Así funcionan nuestros dirigentes: están dispuestos a reducir camas en los hospitales antes que renunciar a los coches oficiales.
9.10.22
Comentarios sobre la sociedad del espectáculo
Entre mis lecturas juveniles estaba Guy Debord, el instigador de la célebre Internacional Situacionista. Su libro fundamental, La sociedad del espectáculo, se me antojaba ininteligible, pero lucía bien pretender que lo leía en los pasillos de la Facultad. En cambio, su autobiografía, Panegírico, me pareció auténticamente divertida. En cuanto a In girum imus nocte et consumimur igni, Consideraciones sobre el asesinato de Gérard Lebovici y El planeta enfermo, o escondían una genialidad críptica que se me escapaba, o eran tres fabulosas tomaduras de pelo.
Con el paso de los años, me inclino más por la segunda opción.
Sin embargo, el libro de Debord que recordaba como claro y potente, y sobre el que he vuelto recientemente, es Comentarios sobre la sociedad del espectáculo. No me fallaba la memoria; en efecto, es certero como una bala.
2.10.22
La belleza
Si
hay una rama de la filosofía donde el idealismo alemán ha hecho estragos es la
Estética.
Ha llegado a mis manos La belleza de Roger Scruton. Reviso las bibliografías recomendadas para la asignatura de un par de Facultades de filosofía y no aparece. Aunque sí está en ambas como manual principal el libro del señor pesado que me dio clase hace años, acompañado por otros textos postmodernos insufribles y algún que otro marxista ininteligible. De hecho, con tal panorama, que Scruton no aparezca referenciado empieza a parecerme buena señal.