William T. Vollmann algún día será una moda. Nació en Los Ángeles en 1959. Siendo niño, su hermana pequeña murió ahogada mientras él se suponía que la vigilaba. Incapacitado, intuimos, desde entonces para la felicidad convencional, toda su vida y obra literaria es un recorrido por estertores y abismos: guerras, marginalidad y sexo.
Dejó la universidad porque quería vivir la realidad. Tras coleccionar trabajos basura, ahorró lo suficiente para volar a Oriente y unirse a los muyahidines que combatían a los soviéticos. Su experiencia quedó reflejada en An Afghanistan Picture Show, donde, cuentan, él mismo se ridiculiza como un soldado patoso entre valientes guerrilleros.
A partir de ahí, ha recorrido las periferias del globo y sufrido con sus habitantes. Habitó en los slums de Nairobi, fue el único superviviente de un coche que pisó una mina en Bosnia, pasó un año alternando con las prostitutas de San Francisco, se entrevistó con hombres armados en Colombia... Allí donde hay dolor y disparos, está él para contarlo.