25.12.22

Ramiro de Maeztu, biografía de un nacionalista español, de Pedro Carlos González Cuevas

Ramiro de Maeztu, biografía de un nacionalista español
de Pedro Carlos González Cuevas es un recorrido por la trayectoria intelectual del relegado autor noventayochista. Por supuesto, aporta los inevitables hitos vitales y alguna que otra anécdota, pero el libro se centra sobre todo en su semblanza como pensador. El autor es un profesor de la UNED, solvente y de probada valía, que además tiene cierta pericia estilística. No hay mucho escrito sobre Maeztu en los últimos años, pero, con esta obra y con el estudio que le dedicó José Luis Villacañas no hace mucho—y que aquí es explícitamente rebatido—, hay bastante con lo que trabajar.

Maeztu es un autor obviamente anatemizado por el canon progre, pero eso no merma su interés, aunque solo sea desde un punto de vista histórico. Es, sin duda, uno de los pensadores más influyentes del siglo XX. Su obra de madurez fue un nutriente ideológico del bando rebelde en la Guerra Civil; sin embargo, fue su obra de juventud, más templada, la que influyó en los tecnócratas del último franquismo. Aunque no sea habitual decirlo en voz alta, pocos intelectuales han dejado tanta huella política como él.

18.12.22

Políticas de la nueva carne, de Jorge Fernández Gonzalo

La joven editorial barcelonesa Holobionte es un remanso de futuro; su temática es la vanguardia y el posthumanismo. En su breve catálogo priman los libros que cartografían tendencias y anuncian cómo será el mañana. Les debemos las traducciones de algunos de los filósofos más influyentes de la actualidad, como Nick Land o Quentin Meillassoux. Se nota que eligen bien lo que publican: todos sus libros son importantes. Además, sus ediciones tienen una presentación inmejorable, con diseños excepcionales e icónicos. Como lanzan pocas obras al mercado y todas son buenas, les sigo con especial interés.

Políticas de la nueva carne. Perversiones filosóficas de David Cronenberg, de Jorge Fernández Gonzalo, es su última aportación. Y también su primer traspié.

Ya había varios estudios previos sobre el cineasta canadiense y el tema de la nueva carne, como los señalados en la bibliografía, y la verdad es que Políticas de la nueva carne no aporta nada nuevo a lo ya publicado. En cuanto a los análisis filosóficos, que según el autor pretenden seguir la estela del carismático Slavoj Žižek, aquí quedan reducidos a brochazos desganados y sin brillo, lejos del maestro referenciado.

11.12.22

Los penúltimos días de Escohotado, de Ricardo F. Colmedero

Hay libros que son una tomadura de pelo y los podemos ultrajar sin sentimiento de culpa ya que sus responsables, o bien sabían lo que perpetraban, o bien fueron tan obtusos que ni siquiera se dieron cuenta del mojón que lanzaban al mercado. Luego hay otros libros que no son buenos, pero vemos que hay muchas ganas e ilusión detrás, y les oteamos fértiles ideas malbaratadas por falta de pericia; son un quiero y no puedo. Con estos libros, aunque uno sienta lástima, elogiarlos sería mentir

Los penúltimos días de Escohotado de Ricardo F. Colmedero se encuentra un poco en esta última categoría. No es un libro insalvable, pero desde luego no está a la altura de su propuesta. Su autor es un periodista que nos cuenta sus charlas con Antonio Escohotado, octogenario ya y de retiro en Ibiza. Colmedero no es un tipo especialmente curtido intelectualmente y desde el principio reconoce que casi no ha leído la obra del filósofo. Así que deja hablar mucho al maestro sin que los monólogos tengan contrapeso, y cuando los tiene, cuando Colmedero quiere opinar también, el contenido pierde nivel escandalosamente.

4.12.22

La Historia de los Estados Unidos, de André Maurois

Hay una escena en Las invasiones bárbaras en la que los protagonistas, un grupo de culturetas canadienses maduritos, defienden que la inteligencia es un fenómeno colectivo y circunstancial, no algo individual, y citan tres momentos históricos en los que ésta apareció con fuerza: la Atenas clásica, la Florencia del Renacimiento, y la Filadelfia de 1776. En cada caso citan a los hombres más sobresalientes del momento, y cuando llegan a los padres fundadores de los Estados Unidos (Adams, Franklin, Jefferson, Washington, Hamilton, y Madison), uno de los protagonistas apostilla: “Ningún otro país ha tenido tanta suerte”.

La frase contradice todas las corrientes académicas que minusvaloran las contribuciones individuales a los hechos históricos para resaltar que son siempre las cuestiones económicas o geográficas las determinantes. Pero la verdad es que, leyendo libros como La Historia de los Estados Unidos de André Maurois, uno no deja de repetirse como un mantra: “Ningún otro país ha tenido tanta suerte”. 

27.11.22

Hotel Nómada, de Cees Nooteboom

Hoy se cumplen dos meses de encierro pandémico y decido castigarme leyendo literatura de viajes. Hotel Nómada, del holandés Cees Nooteboom (n. 1933), es un ejemplo excelente de este subgénero. Son doce narraciones independientes que tienen en común el deambular por algún lugar más o menos remoto del globo, siempre salpimentadas, como es de ley, con reflexiones sobre el hecho mismo de viajar y sobre la condición de extraño y extrañado del forastero.

Nooteboom es un escritor de los de la mejor especie: escribe bien sin que se note. Nos lleva en su mochila y sentimos con él el aire del desierto o la indefensión del viajero en tierra hostil. Sin embargo, no sobrecarga el texto con florituras adjetivas ni gesticulaciones falsamente profundas. Cuando describe, lo hace con concisión y reflexiona lo justo, sin excederse nunca más de un párrafo. Se agradece la contención.

Añade muchas fotografías, algunas muy bellas, que ilustran los textos y parecen confirmar que lo que se cuenta es cierto.

20.11.22

Trevijano rescatado


Antonio García-Trevijano (1927-2018) fue un pensador político y hombre de acción de suma importancia en el siglo XX español. Teórico republicano de gran profundidad, dejó una serie de obras y propuestas dignas de estudio, que trazan una alternativa para reconstruir el Estado y convertirlo en verdaderamente democrático, en lugar de la mera oligarquía de partidos que es ahora. No todo lo que escribió es de fácil lectura, pero esto se debe más a la complejidad conceptual que a una falta de pericia expositiva, ya que Trevijano era un buen escritor.

13.11.22

Corre, rocker, de Sabino Méndez

Mi hermana trabajó mucho tiempo como teleoperadora, llamando a diario a ancianos que vivían solos para asegurarse de que estaban bien. Una de las veces, la conversación fue más o menos así:

—¿Cómo está don Manuel?

—Muy mal, muy mal. Tengo cataratas y, desde que me rompí la cadera, no puedo salir de casa. Estoy muy mal, muy mal... ¡Esto con Franco no pasaba!

La nostalgia es tramposa. Nos hace recordar lo bueno y no lo malo, o ignorar que antes el mundo no era más bonito, sino que nosotros éramos más jóvenes. Así que hay que evitar las melancolías a lo Jorge Manrique. Por lo general, el tiempo avanza gradualmente hacia cuotas más altas de civilización, pero nosotros, como personas, vamos al contrario: envejecemos, ganamos en canas y dolores, y finalmente nos morimos sin que el planeta vaya a dejar de girar por ello. Antes estábamos delgados y éramos más guapos, en efecto, pero eso no significa que cualquier tiempo pasado fue mejor.

6.11.22

El milagro de Spinoza, de Frédéric Lenoir


Baruch Spinoza (1632-1677) estuvo olvidado durante mucho tiempo. Sin embargo, hoy nadie le negaría su condición de autor canónico dentro de la filosofía occidental; sin duda, es uno de los diez grandes filósofos de la historia. Escribió poco, en parte porque murió joven y en parte porque, contrariamente a lo que suele decirse, en la Holanda del siglo XVII era mejor no significarse demasiado si se quería evitar los grilletes. Además de escasa, su obra es complicada; la pieza central de su producción es la Ética, un texto realmente difícil de entender. Aunque nadie lo reconozca, estoy seguro de que la mayoría de quienes lucimos diplomas de filosofía hemos leído únicamente el Tratado político y el Tratado teológico-político, que son accesibles, y que de la Ética solo conocemos lo que explican las fuentes secundarias.

El problema con los autores difíciles de entender es que resulta fácil inventarse lo que dicen. Con Spinoza, esto llega a ser escandaloso. Ya vimos cómo Antonio Negri, en su empeño por hacer del holandés una especie de Marx afable, tergiversa partes enteras de sus textos. En este caso, como Negri manipula ambos tratados, es fácil demostrarlo. Pero seguramente los académicos que aseguran estar explicándonos la Ética también nos la cuelan, aunque ahí habría que tener muchas ganas de meterse en jardines para contradecirlos.

30.10.22

Islas en la red, de Bruce Sterling

La ciencia ficción suele ser motivo de burla entre los defensores de la "alta cultura". Aunque, si las escuchamos bien, esas risas son huecas, temerosas; más bien, son las risitas nerviosas de quien sospecha que está equivocado. Porque, de hecho, la ciencia ficción ha logrado, mejor que ningún otro género literario, presentarnos metáforas políticas e históricas en las que vernos reflejados; imágenes de la naturaleza humana como horizonte de posibilidades, así como modelos de convivencia alternativos y predicciones sociales sobre las que trabajar y aprender.

A lo largo de su historia, este género ha dado lugar a múltiples subgéneros, etapas y tendencias. En los años ochenta surgió el ciberpunk, que luego mutó en variantes como el postciberpunk, el biopunk y otros tantos "punks" que aún hoy siguen vigentes. Sin embargo, el núcleo más influyente fue el original, el de William Gibson y Bruce Sterling. A ellos se deben las primeras novelas configuradoras, aquellas que transcurrían en megalópolis de mestizaje y silicio, con inteligencias artificiales que buscaban el control, humanos con implantes tecnológicos que se movían en lo que llamaron el "ciberespacio", y corporaciones globales que asumieron el poder, reemplazando a los debilitados Estados-nación.

En 1988, Bruce Sterling publicó Islas en la Red, un libro que nos hace reflexionar sobre si el ciberpunk debió transformarse precisamente porque acertó tanto en sus vaticinios que dejó de ser ciencia ficción para convertirse en una suerte de naturalismo proyectado hacia el futuro.

Islas en la Red describe un primer cuarto del siglo XXI en el que la URSS sigue existiendo, aunque ya no hay Guerra Fría. El planeta se ha convertido en un mercado global dominado por grandes imperios comerciales. El fin de las tensiones internacionales ha propiciado el florecimiento de las subjetividades, y las personas ya no se identifican tanto con sus países, sino con grupos identitarios que eligen libremente. Por ejemplo, el feminismo se ha convertido en una religión. Para perplejidad de los nacidos en el "premilenio", los jóvenes del siglo XXI rechazan los bienes materiales y pasan el día conectados a la Red (de hecho, fue esta novela la que popularizó el término con el que hoy conocemos a Internet), una mezcla de ordenador y televisión que vincula al individuo con cantidades ingentes de información valiosa.

En la novela, las luchas políticas se centran precisamente en el robo de datos, ya que los piratas informáticos del Tercer Mundo atacan a Occidente desde territorios libres como la isla de Granada o Singapur, en una suerte de nueva lucha de clases global.

La trama gira en torno a un asesinato ocurrido en plena negociación de paz entre la protagonista, Laura Webster, representante de una corporación, y los hackers rebeldes. Este crimen la obliga a viajar por distintos continentes, lo que permite a Sterling introducir diversos escenarios y presentarnos, finalmente, las "islas" del título: enclaves fuera de la Red donde se desarrollan comunidades autárquicas o "utopías piratas", como las llamó Hakim Bey, quien se inspiró en este libro para escribir su manifiesto libertario sobre las Zonas Temporalmente Autónomas.

Existen, obviamente, algunos anacronismos llamativos, como que las personas sigan usando el télex en lugar de la Red para comunicarse. Sin embargo, lo que más brilla en la novela son sus intuiciones acertadas: además de un zeitgeist reconocible en toda la historia, Sterling habla de drones, ordenadores personales portátiles, ingeniería genética y conflictos entre el Norte y el Sur, en lugar de la tradicional división Este-Oeste.

Cerramos con un pasaje perturbador y profético, si tenemos en cuenta que fue escrito —insistimos— en 1988:

"La Red era muy parecida a la televisión, otra antigua maravilla de la época. La Red era un enorme espejo de cristal. Reflejaba lo que se mostraba en ella. En su mayor parte, banalidades humanas. Laura pasó rápidamente con una mano por la basura siempre incluida en el correo electrónico. Catálogos de compra por cable. Campañas del Concejo Municipal. Obras de caridad. Seguros sanitarios. Laura borró toda aquella basura y se dedicó al trabajo."

23.10.22

El estilo del mundo

Vicente Verdú falleció hace ya algún tiempo. Fue un célebre periodista y prolífico autor de más de veinte libros. Obtuvo el doctorado en Ciencias Sociales en la Universidad de París y dirigió la sección de cultura del diario El País durante varios años. Publicó casi siempre en editoriales de prestigio y tuvo voz en los medios de comunicación mayoritarios. Escribía bien y era claro en sus exposiciones, lo que ya es mucho decir para su gremio.

En 2003 apareció la que se anuncia como su gran obra, El estilo del mundo, que Anagrama reeditó en bolsillo hace poco. Según un artículo de la época, Verdú dedicó cuatro años a su redacción y leyó más de 500 libros y mil artículos de ciencia para documentarse. Es, desde luego, un libro interesante y demuestra que el autor estaba al tanto de todo lo que se pensaba y sucedía en aquellas fechas. El título se refiere, nos dice en el prólogo, al zeitgeist, el espíritu del tiempo. Y, en efecto, se traza una excelente cartografía del consumo, el urbanismo, el sexo, la política, lo divino y lo mundano de la Europa de principios del siglo XXI.

16.10.22

Partitocracia y sanidad pública

La partitocracia denunciada por Antonio García-Trevijano se ha puesto en evidencia con el caso del Rubius. Este youtuber ha decidido mudarse a Andorra porque afirma que en España el fisco se lleva la mitad de sus ganancias. Desde entonces, los voceros de la oligarquía de partidos no han dejado de advertirnos de que el sistema sanitario puede quebrar por culpa de decisiones como la suya. Es decir, que si Hacienda recauda menos impuestos, la solución inmediata de los políticos será reducir el presupuesto de la Seguridad Social.

Así funcionan nuestros dirigentes: están dispuestos a reducir camas en los hospitales antes que renunciar a los coches oficiales.

9.10.22

Comentarios sobre la sociedad del espectáculo

Entre mis lecturas juveniles estaba Guy Debord, el instigador de la célebre Internacional Situacionista. Su libro fundamental, La sociedad del espectáculo, se me antojaba ininteligible, pero lucía bien pretender que lo leía en los pasillos de la Facultad. En cambio, su autobiografía, Panegírico, me pareció auténticamente divertida. En cuanto a In girum imus nocte et consumimur igni, Consideraciones sobre el asesinato de Gérard Lebovici y El planeta enfermo, o escondían una genialidad críptica que se me escapaba, o eran tres fabulosas tomaduras de pelo.

Con el paso de los años, me inclino más por la segunda opción.

Sin embargo, el libro de Debord que recordaba como claro y potente, y sobre el que he vuelto recientemente, es Comentarios sobre la sociedad del espectáculo. No me fallaba la memoria; en efecto, es certero como una bala.

2.10.22

La belleza


La Estética es una disciplina filosófica que tiene su correspondiente asignatura en la carrera. Yo la cursé con el gran pope nacional en la materia, y la verdad es que todo lo que entendí es que era una especie de reflexión sobre el arte que entretenía mucho a tipos crípticos y relamidos. Todos mis acercamientos posteriores han sido igual de decepcionantes.

Si hay una rama de la filosofía donde el idealismo alemán ha hecho estragos es la Estética.

Ha llegado a mis manos La belleza de Roger Scruton. Reviso las bibliografías recomendadas para la asignatura de un par de Facultades de filosofía y no aparece. Aunque sí está en ambas como manual principal el libro del señor pesado que me dio clase hace años, acompañado por otros textos postmodernos insufribles y algún que otro marxista ininteligible. De hecho, con tal panorama, que Scruton no aparezca referenciado empieza a parecerme buena señal.

25.9.22

de los pijoprogres

Mi vida transcurría monótona y con más pena que gloria, como siempre, felizmente desconocedor de que Javier Bardem, actor al que tributo una indiferencia absoluta, tenía un hermano llamado Carlos. Pero lo descubrí a raíz de cierto escándalo en las redes sociales, ya que el hermano en cuestión tuvo la desagradable ocurrencia de llamar “tío Tom” al único diputado no blanco que tenemos en el Parlamento. Me pareció bastante asqueroso utilizar el color de piel de alguien como reproche político. Google me informó, además, de que el tal Carlos Bardem tiene a gala ser un izquierdista fetén, y que semejante espumarajo racista no tuvo reproche alguno, y que hasta otros camaradas de bancada, como Guillermo Toledo, tan sensible para otras cosas, le habían jaleado por ello.

Le investigué un poco más. Encontré una entrevista que le hicieron y que circula por internet. Sus respuestas son más o menos las previsibles de un pijoprogre al uso, y todo lo reduce a la falacia moral de siempre: que los otros (la derecha) son muy malos, o sea que nosotros (la izquierda) somos necesariamente buenos. En cuanto a sus argumentaciones, ni siquiera creo que estén bien hilvanadas; son meras banalidades.

18.9.22

La España de las ciudades


Cuando los debates políticos se enrocan en paralogismos absurdos, se agradece que alguien niegue la mayor y plantee un marco dialéctico nuevo. En España llevamos demasiados años con el soniquete avinagrado entre el centro y la periferia rebelde. Los argumentos de ambos suelen ser pueriles, ya que no niegan el Estado-nación, simplemente discuten sobre cuál de los posibles es el menos malo. Así, se suceden en los medios un sinfín de diversas narraciones nacionales cuando ya no necesitamos ni queremos este tipo de identidades. En un mundo cada vez más pequeño e inmediato, los Estados y sus correlatos nacionales son inventos obsoletos.

La ciudadanía y sus necesidades se canalizan mejor en las urbes. Por ello, el futuro debería pertenecer a las ciudades libres del mundo. Las ciudades globalizadas, cosmopolitas y abiertas presentan, por otro lado, más similitudes entre sí que con sus respectivos países, y por ello los Estados se empecinan en controlarlas.

11.9.22

Sobre el combate

La falacia hobbesiana del hombre como lobo para el hombre no es más que la argumentación del Poder para que le dejemos ser Poder. Somos malos y destructivos, nos dice, y sin calabozos y diezmos nos devoraríamos los unos a los otros. Basta ver las guerras: ¡qué malo es el ser humano!¡en cuanto le dejas ametralla prisioneros!¡empala niños!¡hacen falta más restricciones o esto es el apocalipsis!¡Bendito sea el Poder!

La lectura de Sobre el combate conmueve. Y lo hace precisamente por las simpatías que despierta el supuesto mal que denuncia. Es un libro escrito por un teniente coronel en la reserva del ejército estadounidense, Dave Grossman, y es un análisis de todas las deficiencias que el soldado tiene a la hora de matar. El autor, especialista y asesor sobre el tema, plantea lo que hay que hacer para aumentar la eficacia asesina de los ejércitos y las contrapartidas que esto tiene. En la introducción dice que su libro es manual en West Point y que es la lectura de cabecera de los generales destacados en Iraq y Afganistán.

4.9.22

La vigencia de un arcaísmo

wikimedia
En Corea del Sur reformaron hace diez años su legislación para incluir los derechos y deberes de los robots. En la actualidad, estos ya “cotizan” y las empresas tienen que pagar impuestos si los utilizan. El país asiático se está preparando para lo que todo indica que llegará globalmente en un lustro: la mecanización de millones de puestos de trabajo. En poco tiempo, los ciudadanos menos cualificados tendrán serios problemas para competir con robots que podrán hacer su trabajo por menos dinero y, además, sin "molestar" con descansos para el cigarrillo. Habrá que pensar entonces en qué hacemos con tanto desocupado en medio de la abundancia productiva. La renta mínima, una educación masiva para adultos (andragogía) o la colonización de Marte serán, entre otras, las opciones. Estamos en los albores de un cambio civilizatorio, y los países que no se preparen para ello quedarán pronto obsoletos.

Y, sin embargo, en España seguimos con pleitos decimonónicos.

28.8.22

Hija de revolucionarios

Cuando Laurence Debray cumplió diez años, su padre, el célebre buscarruidos francés Régis Debray, le anunció que ya era hora de que se posicionara políticamente. Iba a pasar un mes en Cuba y otro en Estados Unidos para que, a su regreso, eligiera entre el socialismo y el capitalismo. Así, tal cual. Y, como esta, hay docenas de anécdotas similares.

Hija de revolucionarios (Anagrama, 2018), de Laurence Debray, es una magnífica y desmitificadora autobiografía de una mujer que se hartó de crecer entre libros rojos y pedantes hombres armados.

21.8.22

Acontecimiento



Slavoj Zizek publica demasiado y es difícil seguirle el ritmo, pero es un autor casi siempre sustancioso del que se pueden sacar ideas sugerentes.  No sabemos todavía si pasará el filtro de estos meses de pandemia, y tal vez dentro de un año ya no nos acordemos de él porque la situación que impere le habrá hecho obsoleto, o si sabrá adaptarse y seguirá siendo un referente. Nosotros esperamos que continúe mucho tiempo como paradigma de filósofo útil, porque hay pocos en su gremio que dominen como él el arte de escribir ligero y con humor sobre temas importantes.

Resulta pertinente, precisamente a propósito de esto, reseñar su libro Acontecimiento del 2014. El concepto que da título al libro, “noción anfibia con más de cincuenta tonos de gris” como dice Zizek, se banalizó hace unos años a raíz de la crisis económica y el 15-M, pero sigue mereciendo la pena pensar sobre él.

14.8.22

Estanislao Zuleta


Estanislao Zuleta fue un gran pensador colombiano al que la fortuna editorial no ha sonreído especialmente. En su país es difícil encontrar muchos de sus libros. Aquí, en España, es directamente imposible, y ni siquiera están disponibles para consulta en la Biblioteca Nacional. Afortunadamente, internet ayuda a los lectores distantes y ahora hay algunos libros suyos descargables en PDF en la web de la Casa del Libro. Esto nos anima a hablar de él, con la idea de que tal vez algún lector quiera acercarse a su obra.

Nacido en Medellín en 1935 y fallecido en Cali en 1990, se esforzó por ser un autor socialmente útil, es decir, quiso asimilar toda la cultura de su tiempo para presentársela de manera inteligible a sus coetáneos. Y cumplió: hay pocos placeres intelectuales equiparables a acercarse, a través de sus lecciones, a El Quijote, o a Marx, Freud o Sartre.

7.8.22

Lógica y crítica

Seguimos esperando a que Hombre Nuevo Ediciones continúe publicando las lecciones que impartió Estanislao Zuleta sobre historia de la filosofía. De momento, solo hay dos que abordan propiamente la materia con cierta homogeneidad y extensión. Uno es Arte y filosofía y el otro Lógica y crítica. Del primero ya hemos hablado, así que nos centraremos en el segundo.

Lógica y crítica sí viene datado, y sabemos que consta de diecinueve lecciones impartidas en 1976 en la ciudad de Cali. La mayoría de los temas desarrollados giran en torno a Platón y Aristóteles, con recurrentes referencias a filósofos posteriores y ejemplos tomados de la realidad colombiana.

31.7.22

Arte y filosofía


Estanislao Zuleta (1935-1990) es uno de los pensadores colombianos más influyentes en la historia de su país. Formado en el marxismo, y tras un breve y desilusionante paso por el Partido Comunista, mantuvo siempre una posición heterodoxa y libre. Su obra abarca diversos campos temáticos, pero uno especialmente fértil y perdurable es su defensa del mejoramiento radical de la sociedad sin recurrir a la violencia. Zuleta abogaba por convivir con las diferencias, buscar la concordia y, sobre todo, desconfiar de respuestas totalizadoras, definitivas y excluyentes. La revolución, sostenía, se hace desde la vida cotidiana, con la certeza de que los conflictos son inevitables, de que cualquier solución es a largo plazo y de que sin una reforma profunda del sistema educativo no habrá nunca una prosperidad real.

Su legado está compuesto principalmente por conferencias transcritas por otros; él mismo escribió poco. Sin embargo, incluso con la problemática epistemológica que supone un pensamiento eminentemente oral, sus lecciones están llenas de ideas fecundas y sugerentes.

24.7.22

Colombia: Violencia, democracia y derechos humanos

El pensador colombiano Estanislao Zuleta nació en 1935 y murió en 1990. Implicado en los asuntos cruciales de su país y su época, es un ejemplo de intelectual en el mejor sentido del término. Tras haber pasado por el Partido Comunista Colombiano y haber realizado las visitas de rigor a Europa del Este para conocer de primera mano el socialismo real, se fue desvinculando de cualquier marxismo de mira estrecha, aunque no del marxismo en sí. En los últimos años de su vida formó parte de la Consejería de Derechos Humanos de la Presidencia de la República, desde donde participó en los fallidos procesos de paz de la primera mitad de los años ochenta.

Colombia: Violencia, democracia y derechos humanos es una selección de artículos que escribió en su mayoría precisamente en esos años. Son textos dispersos, y no sabemos si Zuleta los concibió para publicarse juntos, pero hoy podemos leerlos como un libro con cierta unidad y como la mejor exposición de su pensamiento político.

17.7.22

La propiedad, el matrimonio y la muerte en Tolstoi

El filósofo Estanislao Zuleta (1935-1990) solía ilustrar sus lecciones a partir de novelas clásicas. Así surgieron Thomas Mann, La montaña mágica y la llanura prosaica, un libro fundamental del pensamiento colombiano, y El Quijote, un nuevo sentido de la aventura, una excelente introducción tanto a la obra cervantina como a las teorías literarias del siglo XX.

Otro de sus libros en esta línea es La propiedad, el matrimonio y la muerte en Tolstoi, que, lamentablemente, ha tenido mala suerte editorial, pues no ha sido reeditado desde 1992. Sin embargo, sigue siendo un estudio accesible y divulgativo que merece una lectura atenta.

10.7.22

Del paro al ocio


A principios del siglo XX, el filósofo Ortega y Gasset y el escritor Pío Baroja se enfrascaron en una polémica muy interesante. El primero, en su empeño por poner a España a la “altura de los tiempos”, exigió que se redujera la jornada laboral a cuarenta horas semanales para que los obreros tuvieran tiempo de leer a los clásicos y comprometerse en los vaivenes políticos del país. Baroja, empero, más cínico y sempiternamente resentido por un incidente que tuvo con sus empleados en la panadería familiar, respondía que, si los obreros tuvieran tiempo libre, lo malgastarían emborrachándose en los casinos de los pueblos.

Los argumentos de ambos autores son bastante representativos de las posiciones que surgen hoy entre la ciudadanía ante las propuestas de renta mínima o de abolición del trabajo obligatorio. Hay quienes piensan que, sin forzar a la gente a sudar por su salario, todo se irá al traste y nos dedicaremos a engordar en el sofá, animalizados y depresivos; otros consideran que la liberación humana exige que no estemos obligados a cumplir con trabajos que no nos sean gratos, pues para eso están ya las máquinas.

3.7.22

Filosofía y carnaval

En uno de sus poemas de principios de los años ochenta, el poeta colombiano Raúl Gómez Jattin escribió los versos:


"El paisaje moral / de tus contemporáneos / te afectó como una lepra blanca."


Eso del moralismo ambiental como una enfermedad que, envuelta en el color de la inocencia, mata corroyendo la carne es una imagen harto expresiva. En concreto, Gómez Jattin se refiere aquí al conservadurismo social de su época, que a un excéntrico “pansexual” como él lo llevó a la locura y a una muerte por (probable) suicidio.

26.6.22

Vollmann en tres actos

William T. Vollmann algún día será una moda. Nació en Los Ángeles en 1959. Siendo niño, su hermana pequeña murió ahogada mientras él se suponía que la vigilaba. Incapacitado, intuimos, desde entonces para la felicidad convencional, toda su vida y obra literaria es un recorrido por estertores y abismos: guerras, marginalidad y sexo.

Dejó la universidad porque quería vivir la realidad. Tras coleccionar trabajos basura, ahorró lo suficiente para volar a Oriente y unirse a los muyahidines que combatían a los soviéticos. Su experiencia quedó reflejada en An Afghanistan Picture Show, donde, cuentan, él mismo se ridiculiza como un soldado patoso entre valientes guerrilleros.

A partir de ahí, ha recorrido las periferias del globo y sufrido con sus habitantes. Habitó en los slums de Nairobi, fue el único superviviente de un coche que pisó una mina en Bosnia, pasó un año alternando con las prostitutas de San Francisco, se entrevistó con hombres armados en Colombia... Allí donde hay dolor y disparos, está él para contarlo.

19.6.22

El Conde Lucanor

El conde Lucanor, de Don Juan Manuel (1282-1348), es un libro escrito a principios del siglo XIV. La edición que manejamos es la de Castalia, a cargo de Enrique Moreno Báez, quien ha actualizado el castellano en el que fue escrito y ha simplificado su retórica; por ello podemos entender el texto con facilidad, si bien sus imaginarios aún nos resultan lejanos.

Moreno Báez también es responsable de la introducción, en la que se advierte que Don Juan Manuel no sale bien parado. Se dice de él que fue un caballero pendenciero y ambicioso, aunque no se duda de su erudición. Quedó huérfano siendo muy niño, aunque recibió una excelente formación. Heredó el cargo de su padre, Adelantado Mayor del Reino de Murcia, junto con numerosas propiedades; se casó tres veces con la intención de engrandecer su linaje. Participó en las contiendas civiles de Castilla y en batallas contra los moros en el Levante. Tras reunir todos sus escritos y dejarlos a buen recaudo en el convento de San Pablo en Peñafiel, murió en Córdoba.

12.6.22

Transcrepuscular

Voy atesorando años y manías, que al parecer son la base de lo que se ha dado en llamar madurez. Con ello, se reduce el campo de mis intereses intelectuales; en otras palabras, cada vez me importan menos cosas. Los cómics, por ejemplo, que alguna vez me atrajeron, ahora podrían desaparecer súbitamente de la faz de la Tierra sin que yo perdiera un minuto de sueño. (Tampoco me preocupa la semántica, por cierto, y seguiré llamando cómic a lo que ahora se supone que son novelas gráficas).

Por casualidad, o quizá por designios del Señor Oscuro, llegó a mis manos el cómic Transcrepuscular de Jordi Pastor, adaptación de la novela homónima de Emilio Bueso. Leí la novela en su momento porque se anunciaba como una obra magnífica dentro de la ciencia ficción patria, pero lo cierto es que solo me resultó curiosa. El cómic, en cambio, sí me ha impresionado, sacándome así del confort de mis prejuicios.

5.6.22

La hispanofobia como error epistemológico: el caso del erasmismo español

En los estudios de humanidades, con frecuencia nos encontramos con prejuicios tan arraigados que se aceptan como válidos pese a su evidente falsedad. Uno de los más persistentes es la hispanofobia, que parece constituir un requisito implícito para obtener reconocimiento en determinados ámbitos académicos. En muchos estudios comparativos entre naciones europeas, la narrativa dominante presenta a ingleses, holandeses y franceses como agentes civilizadores, mientras que a los españoles se les asocia con la rapiña y la intolerancia religiosa. Esta distorsión, profundamente enraizada en la mentalidad europea y reproducida incluso en la propia España, merece una reflexión crítica sobre sus fundamentos y su validez histórica.

Cuando la documentación histórica y el análisis riguroso demuestran que la historia de Europa no puede reducirse a una dicotomía entre naciones ilustradas y oscurantistas, la cuestión adquiere un carácter epistemológico. Resulta pertinente preguntar por qué ciertos estudios de reconocido prestigio insisten en perpetuar una visión sesgada del legado español y por qué se tolera la difusión de interpretaciones que no resisten el contraste con las fuentes primarias.

29.5.22

Pierre Drieu La Rochelle


Él sólo era capaz de una acción hermosa: destruirse.
Esa destrucción sería su homenaje a la vida, el único del que sería capaz.

En Pierre Drieu La Rochelle (París, 1893-1945), la herida supura. Es el maldito entre los malditos, el atormentado, el colaboracionista, el chivo expiatorio. Dedicó toda su obra a hablar de decadencia y suicidio. Al final, consiguió ser coherente: tras la Liberación, rechazó huir, justificó su adhesión a Vichy y le ahorró balas a los gaullistas con una sobredosis de barbitúricos. Dejó libros que hoy solo se encuentran en bibliotecas y librerías de viejo; casi todo está descatalogado. Para leerle, hay que escarbar aquí y allá.

Sin embargo, leer sobre él sí es accesible. Además de en Internet, hay varias biografías publicadas. La más reciente y divulgada es la de Enrique López Viejo, Pierre Drieu La Rochelle, el aciago seductor (Ed. Melusina), muy recomendable como introducción al autor y a la época. Además, no pretende justificar retroactivamente a Drieu: lo presenta tal cual era, un dandi, fascista y misántropo que utilizaba a las mujeres para ascender socialmente; un tipo a veces delirante, frustrado y rencoroso, que toda su vida quiso morir. Imposible que nos resulte indiferente.

22.5.22

Ongs y sociedad civil

Desde los años noventa, se han venido creando miles y miles de Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) que presentan una serie de características muy definidas. Paradójicamente, dos de estas características, tal vez las más importantes, se reflejan en lo equívoco del nombre, que no podría ser más desacertado.

Así, el término "organizaciones" resulta erróneo en muchos casos. Gran parte de ellas no son organizaciones en el sentido estricto, ya que ello implicaría una coordinación compleja entre un mínimo de personas autónomas con opiniones divergentes. Pero ¡hay muchas ONGs que son unipersonales! Todos las hemos visto: en reuniones o conferencias, se presenta un fulano o fulana proclamando que él o ella es una ONG. Puede incluso que tenga donantes, tal vez algún voluntario, pero la "organización" es solo suya.

15.5.22

Así se domina el mundo

Parece claro que el coronavirus va a transformar nuestras vidas y que, cuando esto pase y salgamos de nuestros encierros, el mundo que encontraremos no será el mismo de antes. Trasladado a las humanidades, podemos decir que esta pandemia actuará como la navaja de Ockham, separando lo banal de lo importante y dejando solo lo necesario para la reconstrucción económica y social. Tardaremos mucho en volver a leer a plañideras anti-Ilustración, a disfrutar de retretes como culminaciones artísticas o a considerar buena filosofía la jerigonza posmoderna. Nos esperan problemas capitales, y los libros que leeremos ya no podrán ser pérdidas de tiempo; el panorama que se avecina es demasiado poco halagüeño.

8.5.22

Leer a Escohotado en tiempos de crisis

Antonio Escohotado cae bien porque su indiferencia hacia el canon progre es notoria. En sus libros, entrevistas y conferencias, defiende lo que cree que es la verdad sin importarle ser excluido de esa moralidad izquierdista que lo acapara todo, lo juzga todo y, finalmente, lo constriñe todo. A lo largo de su extensa vida ha estudiado y escrito sobre diversos ámbitos, como las drogas, la física y la economía, siempre desde una perspectiva más o menos libertaria. Es uno de los pocos intelectuales españoles inconfundibles: nadie dice lo mismo que él ni de la misma manera. Cualquier página suya es reconocible por su estilo y temática.

Todavía no existe un manual introductorio a su pensamiento, ni —que se sepa— una tesis doctoral de libre acceso en internet. Una pena. Si bien su obra es accesible para el lector medio, siempre es útil contar con la orientación de alguien docto que haya navegado más hondo en su pensamiento.

1.5.22

Los enemigos del comercio

Antonio Escohotado (Madrid, 1941) es uno de los intelectuales más completos que tenemos en España en la actualidad. Ajeno a las banderías políticas, buen escritor y divulgador, parece haberlo leído todo y saber de todo bastante. Además, es uno de los pocos pensadores españoles con repercusión internacional. Su Historia general de las drogas fue una obra pionera en su momento, ya que el estudio serio de las sustancias ilegalizadas era prácticamente inexistente hasta entonces. El libro fue traducido con éxito a varios idiomas.

Formado en derecho, sociología y filosofía, en los últimos años ha centrado su trabajo en cuestiones económicas. Su monumental trilogía Los enemigos del comercio es prueba de ello. El primer volumen, publicado en 2008, prometía ser el prefacio de una obra definitiva en la crítica del intervencionismo estatal y la defensa de la libre iniciativa. En él, Escohotado analizaba la caída del Imperio Romano como consecuencia de su transformación en una economía basada en el saqueo y la esclavitud, para luego ser sucedido por un cristianismo pobrista y mezquino en la Edad Media, igualmente hostil al comercio.

24.4.22

Ecología o catástrofe. La vida de Murray Bookchin

Murray Bookchin (1921-2006) fue un teórico anarquista y líder del movimiento ecologista estadounidense. A principios de los años ochenta publicó el celebrado La ecología de la libertad, que se tradujo al español en los noventa y aún circula en ciertos círculos junto con otras pocas traducciones de su obra. Recientemente, Virus Editorial ha publicado la edición en español de su biografía, Ecología o catástrofe. La vida de Murray Bookchin, escrita por su discípula Janet Biehl.

El libro supera las seiscientas páginas, pero resulta ameno y de fácil lectura. Además, la edición de Virus destaca por su buen diseño y una cuidada traducción. Biehl conoció a Bookchin en sus últimos años y, aunque aparece tangencialmente en la narración, la biografía no ahonda en detalles personales de ninguno de los dos. No sabemos, por ejemplo, si Bookchin se casó o tuvo hijos, o si le gustaba el jazz o el cine mudo. Más que un relato estrictamente personal, la autora aprovecha la vida y militancia de su biografiado para trazar una historia del movimiento ecologista estadounidense y, por extensión, del ecologismo a nivel mundial.

10.4.22

Hegel en Colombia

Germán Arciniegas (1900-1999) fue uno de los grandes intelectuales colombianos del siglo XX. Sus conocimientos eran vastísimos, y escribió docenas de libros a lo largo de su casi centenaria vida. Sin embargo, casi toda su obra y su actuación pública giran en torno a un único tema: la región latinoamericana y la defensa de su centralidad en la Historia frente a las hegemonías eurocéntricas. Por supuesto, su antagonismo con Hegel es constante; sus invectivas contra él son frecuentes. Y no es el único. Hegel ha gozado de mala reputación fuera de Europa, e incluso dentro de ella. Se le considera un claro ejemplo de arrogancia e imperialismo cultural. Estas críticas, como veremos, también se trasladan a Marx.

Debido al peso intelectual que tenía Arciniegas, su antihegelianismo no podía pasar desapercibido en el mundo académico del país. Danilo Cruz Vélez (1920-2008), probablemente el filósofo colombiano más importante del siglo XX, tuvo que confrontarse con él. En los cinco tomos publicados hasta ahora de su Obra Completa, hay varios textos referidos a este tema, escritos en algunos casos con varias décadas de diferencia.

3.4.22

En el viñedo del texto

Hugo de San Víctor fue un teólogo del siglo XII. Nació en Sajonia, pero vivió siempre en París. Su obra más célebre es el Didascalicon, palabra griega que más o menos se puede traducir por "asuntos de la instrucción", y que es una guía para los monjes que van a adentrarse en el estudio. En ella se sostiene que el arduo camino de la sabiduría acaba llevando a Cristo.

Sobre Hugo de San Víctor, ya en el siglo XX, Ivan Illich escribió uno de los estudios más bellos y sugestivos que hemos leído nunca, En el viñedo del texto. Etología de la lectura: un comentario al Didascalicon de Hugo de San Víctor. Aquí no solo se expone lo poco que se sabe de la vida del teólogo sajón, sino que también se analiza el contexto y la finalidad de su obra, y, sobre todo, el período de transición que vivió, en el que el modo de lectura como liturgia colectiva se iba apagando por los avances técnicos y la propia evolución de la escolástica. Del saber entendido como tarea de memorización grupal de los textos sagrados se pasó gradualmente a la ya moderna actividad intelectual libresca y solitaria. La culminación del proceso vino con el tomismo y la llegada de las universidades, ya en el siglo XIII.

26.3.22

Contra las identidades


En los últimos años parece que hemos perdido de vista que las personas tenemos personalidad, no identidad. Somos todos hijos de nuestra madre y nuestro padre, con nuestros sueños, miedos y deseos. Nos movemos en una amplia gama de grises, cada uno con su tonalidad propia; somos más o menos creativos o aburridos, más o menos confiables o mezquinos, más o menos familiares o solitarios... Tenemos una idiosincrasia que nos define y singulariza, que nos hace irremplazables. No hay un individuo igual a otro. De hecho, si ya es difícil hablar de caracteres homogéneos entre dos personas, resulta imposible hacerlo con respecto a multitudes.
 
La identidad, en cambio, es algo abstracto que tenemos como especie, pero no individualmente, y siempre está en relación dialéctica con otras especies u objetos. Somos humanos porque no somos ni elefantes ni sillas. Incluso aceptando el uso judicial del término, la identidad es un número que la burocracia estampa en nuestro pasaporte, pero que obviamente no nos define; en ningún caso somos solo una serie numérica.

20.3.22

Wallerstein y la crisis del Estado-nación

Hace algunos años, la editorial argentina Campo de Ideas distribuyó una serie de pequeños libros bajo el título “Intelectuales”. Estos textos breves y directos se caracterizaban por su estilo conciso, sin párrafos innecesarios, lo que les confería un enfoque didáctico. Su propósito era introducir a los lectores, especialmente a aquellos ajenos al ámbito académico, en la obra de algunos de los pensadores más influyentes del siglo XXI. Hoy, muchos de los autores reseñados en esta colección se perciben como piezas de arqueología intelectual, mientras que otros siguen siendo relevantes y continúan siendo objeto de estudio y reflexión en diversas disciplinas.

13.3.22

Umbral o el contradiós

Hay textos que desmerecen una publicación tan cutre. Umbral o el contradiós de Emilio Arnao tributa como ejemplo. Se nota que en la editorial estaban caninos o mentalmente dispersos. No usan cursivas y la lectura a veces es confusa porque entrecomillan indistintamente los libros referenciados, las citas o hasta grupos musicales de los que se habla tangencialmente. Hay erratas a mansalva y el tipo de letra elegida es poco apropiado para la verborrea fluvial de Arnao. No hay ni la más mínima reseña biográfica del autor, ni una introducción que nos presente el texto. Y para culminar, aunque esto ya es más accesorio, una cubierta blanquinegra que invita a salir huyendo, con su correspondiente nefasta contraportada en la que aparece una foto del autor en su peor día, así como una supuesta sinopsis apelotonada e ilegible.

También —y aquí terminamos con las quejas—, una vez que empezamos a leer lo que se supone es un ensayo sobre Francisco Umbral, nos encontramos con un ensayista que chupa demasiada cámara. Arnao se defiende diciendo que él no habla de Umbral, sino de “mi Umbral”, pero hay momentos, por ejemplo cuando nos cuenta que le duele la espalda o que está escuchando a Madredeus, que simplemente sobran. Si hubiera estado más contenido, menos subjetivo, menos queriendo ser tan genial como el maestro, tal vez estaríamos ante un libro casi definitivo sobre el gran escritor. Pero no acaba de funcionar.

6.3.22

Hojas de Madrid

Francisco Umbral nunca dijo ser otra cosa que un arribista que buscaba canapés gratis y dormitar con baronesas. Eso le hace auténtico.


Las mil y pico páginas de su antología Hojas de Madrid son, sin embargo, apabullantes. La obra gira, evidentemente, en torno a Madrid y a “la sed de mujer”. Es una suerte de autobiografía involuntaria (la selección de textos se hizo por la editorial tras su muerte) del joven de provincias que viene a Madrid a buscar la gloria literaria y, tras pasar por la bohemia, triunfa como cronista de los altos salones del Poder. No sobra ni falta ni un adjetivo, y los textos funcionan con la precisión mecánica de un reloj. Es magnífico, todo un ejemplo a seguir en su cuidado del estilo, la claridad y el respeto al lector. La voz narrativa es el yo, un yo que duda y habla con autoironía; prevalecen sus elaboradas descripciones de personas y lugares, y lo acertado del relato de una época.

27.2.22

La monserga política

Una de las características más soporíferas e infantilizadoras del debate político-mediático en la España actual es la omnipresencia de la monserga. Está en todas partes. Justo cuando parece que podría surgir un discurso más o menos maduro e independiente, aparece el ofendido, el progre frailuno que viene a ejercer su dignidad moral, y se acaba entonces cualquier posibilidad de un intercambio de opiniones adulto.

En estas condiciones, no se puede hablar de nada sin vigilar hasta la última coma de lo que se dice, por si alguna palabra pudiera ser utilizada en contra. Es una regresión al parvulario, con la profe atenta a que nadie diga palabrotas. O peor aún, un retorno a los tiempos de la tutela eclesiástica, con su obsesión por la herejía y la condena.

Hay millones de ejemplos, pero basta con dos. Uno es cuando Aznar ridiculizó aquella campaña de la Dirección General de Tráfico que decía “No podemos conducir por ti”, preguntándose quién les había dicho que él quería que condujeran por él. Era evidente que hablaba del Estado y su intromisión en las libertades individuales. Sin embargo, Iñaki Gabilondo, con aires de monaguillo aranista alborotado, abrió su programa diciendo que Aznar animaba a la gente a conducir borracha. Como no podía faltar en la monserga, advirtió del mal ejemplo que esto suponía para los jóvenes.

20.2.22

Kieslowski y la imposibilidad de una respuesta definitiva

Slavoj Zizek es lo que sucede cuando se hace filosofía tras inyectarse Red Bull en vena: algunos momentos auténticamente lúcidos, mucho balbuceo inconexo, y cierta perplejidad depresiva al final.

Este tipo de filosofía acelerada es el que encontramos en su libro Lacrimae Rerum. Ensayos sobre el cine moderno y ciberespacio, particularmente en un capítulo de unas ochenta páginas titulado “La teología materialista de Krzysztof Kieslowski”. En este ensayo, Žižek nos ofrece una lectura de la obra del cineasta polaco que, a pesar de estar salpicada de digresiones y citas lacanianas, contiene elementos que invitan a la reflexión profunda sobre el dolor, la culpa, la fe y la imposibilidad de encontrar respuestas fáciles a las preguntas más complejas de la existencia humana.