Maeztu es un autor obviamente anatemizado por el canon progre, pero eso no merma su interés, aunque solo sea desde un punto de vista histórico. Es, sin duda, uno de los pensadores más influyentes del siglo XX. Su obra de madurez fue un nutriente ideológico del bando rebelde en la Guerra Civil; sin embargo, fue su obra de juventud, más templada, la que influyó en los tecnócratas del último franquismo. Aunque no sea habitual decirlo en voz alta, pocos intelectuales han dejado tanta huella política como él.
25.12.22
Ramiro de Maeztu, biografía de un nacionalista español, de Pedro Carlos González Cuevas
18.12.22
Políticas de la nueva carne, de Jorge Fernández Gonzalo
11.12.22
Los penúltimos días de Escohotado, de Ricardo F. Colmedero
Hay libros que son una tomadura de pelo y los podemos ultrajar sin sentimiento de culpa ya que sus responsables, o bien sabían lo que perpetraban, o bien fueron tan obtusos que ni siquiera se dieron cuenta del mojón que lanzaban al mercado. Luego hay otros libros que no son buenos, pero vemos que hay muchas ganas e ilusión detrás, y les oteamos fértiles ideas malbaratadas por falta de pericia; son un quiero y no puedo. Con estos libros, aunque uno sienta lástima, elogiarlos sería mentir
Los penúltimos días de Escohotado de Ricardo F. Colmedero se encuentra un poco en esta última categoría. No es un libro insalvable, pero desde luego no está a la altura de su propuesta. Su autor es un periodista que nos cuenta sus charlas con Antonio Escohotado, octogenario ya y de retiro en Ibiza. Colmedero no es un tipo especialmente curtido intelectualmente y desde el principio reconoce que casi no ha leído la obra del filósofo. Así que deja hablar mucho al maestro sin que los monólogos tengan contrapeso, y cuando los tiene, cuando Colmedero quiere opinar también, el contenido pierde nivel escandalosamente.
4.12.22
La Historia de los Estados Unidos, de André Maurois
27.11.22
Hotel Nómada, de Cees Nooteboom
20.11.22
Trevijano rescatado
13.11.22
Corre, rocker, de Sabino Méndez
—¿Cómo está don Manuel?
—Muy mal, muy mal. Tengo cataratas y, desde que me rompí la cadera, no puedo salir de casa. Estoy muy mal, muy mal... ¡Esto con Franco no pasaba!
La nostalgia es tramposa. Nos hace recordar lo bueno y no lo malo, o ignorar que antes el mundo no era más bonito, sino que nosotros éramos más jóvenes. Así que hay que evitar las melancolías a lo Jorge Manrique. Por lo general, el tiempo avanza gradualmente hacia cuotas más altas de civilización, pero nosotros, como personas, vamos al contrario: envejecemos, ganamos en canas y dolores, y finalmente nos morimos sin que el planeta vaya a dejar de girar por ello. Antes estábamos delgados y éramos más guapos, en efecto, pero eso no significa que cualquier tiempo pasado fue mejor.
6.11.22
El milagro de Spinoza, de Frédéric Lenoir
El problema con los autores difíciles de entender es que resulta fácil inventarse lo que dicen. Con Spinoza, esto llega a ser escandaloso. Ya vimos cómo Antonio Negri, en su empeño por hacer del holandés una especie de Marx afable, tergiversa partes enteras de sus textos. En este caso, como Negri manipula ambos tratados, es fácil demostrarlo. Pero seguramente los académicos que aseguran estar explicándonos la Ética también nos la cuelan, aunque ahí habría que tener muchas ganas de meterse en jardines para contradecirlos.
30.10.22
Islas en la red, de Bruce Sterling
"La Red era muy parecida a la televisión, otra antigua maravilla de la época. La Red era un enorme espejo de cristal. Reflejaba lo que se mostraba en ella. En su mayor parte, banalidades humanas. Laura pasó rápidamente con una mano por la basura siempre incluida en el correo electrónico. Catálogos de compra por cable. Campañas del Concejo Municipal. Obras de caridad. Seguros sanitarios. Laura borró toda aquella basura y se dedicó al trabajo."
23.10.22
El estilo del mundo
Vicente Verdú falleció hace ya algún tiempo. Fue un célebre periodista y prolífico autor de más de veinte libros. Obtuvo el doctorado en Ciencias Sociales en la Universidad de París y dirigió la sección de cultura del diario El País durante varios años. Publicó casi siempre en editoriales de prestigio y tuvo voz en los medios de comunicación mayoritarios. Escribía bien y era claro en sus exposiciones, lo que ya es mucho decir para su gremio.
En 2003 apareció la que se anuncia como su gran obra, El estilo del mundo, que Anagrama reeditó en bolsillo hace poco. Según un artículo de la época, Verdú dedicó cuatro años a su redacción y leyó más de 500 libros y mil artículos de ciencia para documentarse. Es, desde luego, un libro interesante y demuestra que el autor estaba al tanto de todo lo que se pensaba y sucedía en aquellas fechas. El título se refiere, nos dice en el prólogo, al zeitgeist, el espíritu del tiempo. Y, en efecto, se traza una excelente cartografía del consumo, el urbanismo, el sexo, la política, lo divino y lo mundano de la Europa de principios del siglo XXI.
16.10.22
Partitocracia y sanidad pública
Así funcionan nuestros dirigentes: están dispuestos a reducir camas en los hospitales antes que renunciar a los coches oficiales.
9.10.22
Comentarios sobre la sociedad del espectáculo
Entre mis lecturas juveniles estaba Guy Debord, el instigador de la célebre Internacional Situacionista. Su libro fundamental, La sociedad del espectáculo, se me antojaba ininteligible, pero lucía bien pretender que lo leía en los pasillos de la Facultad. En cambio, su autobiografía, Panegírico, me pareció auténticamente divertida. En cuanto a In girum imus nocte et consumimur igni, Consideraciones sobre el asesinato de Gérard Lebovici y El planeta enfermo, o escondían una genialidad críptica que se me escapaba, o eran tres fabulosas tomaduras de pelo.
Con el paso de los años, me inclino más por la segunda opción.
Sin embargo, el libro de Debord que recordaba como claro y potente, y sobre el que he vuelto recientemente, es Comentarios sobre la sociedad del espectáculo. No me fallaba la memoria; en efecto, es certero como una bala.
2.10.22
La belleza
Si
hay una rama de la filosofía donde el idealismo alemán ha hecho estragos es la
Estética.
Ha llegado a mis manos La belleza de Roger Scruton. Reviso las bibliografías recomendadas para la asignatura de un par de Facultades de filosofía y no aparece. Aunque sí está en ambas como manual principal el libro del señor pesado que me dio clase hace años, acompañado por otros textos postmodernos insufribles y algún que otro marxista ininteligible. De hecho, con tal panorama, que Scruton no aparezca referenciado empieza a parecerme buena señal.
25.9.22
de los pijoprogres
18.9.22
La España de las ciudades
11.9.22
Sobre el combate
4.9.22
La vigencia de un arcaísmo
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28.8.22
Hija de revolucionarios
Cuando Laurence Debray cumplió diez años, su padre, el célebre buscarruidos francés Régis Debray, le anunció que ya era hora de que se posicionara políticamente. Iba a pasar un mes en Cuba y otro en Estados Unidos para que, a su regreso, eligiera entre el socialismo y el capitalismo. Así, tal cual. Y, como esta, hay docenas de anécdotas similares.
Hija de revolucionarios (Anagrama, 2018), de Laurence Debray, es una magnífica y desmitificadora autobiografía de una mujer que se hartó de crecer entre libros rojos y pedantes hombres armados.
21.8.22
Acontecimiento
Resulta pertinente, precisamente a propósito de esto, reseñar su libro Acontecimiento del 2014. El concepto que da título al libro, “noción anfibia con más de cincuenta tonos de gris” como dice Zizek, se banalizó hace unos años a raíz de la crisis económica y el 15-M, pero sigue mereciendo la pena pensar sobre él.
14.8.22
Estanislao Zuleta
7.8.22
Lógica y crítica
31.7.22
Arte y filosofía
24.7.22
Colombia: Violencia, democracia y derechos humanos
17.7.22
La propiedad, el matrimonio y la muerte en Tolstoi
10.7.22
Del paro al ocio
3.7.22
Filosofía y carnaval
En uno de sus poemas de principios de los años ochenta, el poeta colombiano Raúl Gómez Jattin escribió los versos:
"El paisaje moral / de tus contemporáneos / te afectó como una lepra blanca."
Eso del moralismo ambiental como una enfermedad que, envuelta en el color de la inocencia, mata corroyendo la carne es una imagen harto expresiva. En concreto, Gómez Jattin se refiere aquí al conservadurismo social de su época, que a un excéntrico “pansexual” como él lo llevó a la locura y a una muerte por (probable) suicidio.
26.6.22
Vollmann en tres actos
William T. Vollmann algún día será una moda. Nació en Los Ángeles en 1959. Siendo niño, su hermana pequeña murió ahogada mientras él se suponía que la vigilaba. Incapacitado, intuimos, desde entonces para la felicidad convencional, toda su vida y obra literaria es un recorrido por estertores y abismos: guerras, marginalidad y sexo.
Dejó la universidad porque quería vivir la realidad. Tras coleccionar trabajos basura, ahorró lo suficiente para volar a Oriente y unirse a los muyahidines que combatían a los soviéticos. Su experiencia quedó reflejada en An Afghanistan Picture Show, donde, cuentan, él mismo se ridiculiza como un soldado patoso entre valientes guerrilleros.
A partir de ahí, ha recorrido las periferias del globo y sufrido con sus habitantes. Habitó en los slums de Nairobi, fue el único superviviente de un coche que pisó una mina en Bosnia, pasó un año alternando con las prostitutas de San Francisco, se entrevistó con hombres armados en Colombia... Allí donde hay dolor y disparos, está él para contarlo.
19.6.22
El Conde Lucanor
El conde Lucanor, de Don Juan Manuel (1282-1348), es un libro escrito a principios del siglo XIV. La edición que manejamos es la de Castalia, a cargo de Enrique Moreno Báez, quien ha actualizado el castellano en el que fue escrito y ha simplificado su retórica; por ello podemos entender el texto con facilidad, si bien sus imaginarios aún nos resultan lejanos.
Moreno Báez también es responsable de la introducción, en la que se advierte que Don Juan Manuel no sale bien parado. Se dice de él que fue un caballero pendenciero y ambicioso, aunque no se duda de su erudición. Quedó huérfano siendo muy niño, aunque recibió una excelente formación. Heredó el cargo de su padre, Adelantado Mayor del Reino de Murcia, junto con numerosas propiedades; se casó tres veces con la intención de engrandecer su linaje. Participó en las contiendas civiles de Castilla y en batallas contra los moros en el Levante. Tras reunir todos sus escritos y dejarlos a buen recaudo en el convento de San Pablo en Peñafiel, murió en Córdoba.
12.6.22
Transcrepuscular
Por casualidad, o quizá por designios del Señor Oscuro, llegó a mis manos el cómic Transcrepuscular de Jordi Pastor, adaptación de la novela homónima de Emilio Bueso. Leí la novela en su momento porque se anunciaba como una obra magnífica dentro de la ciencia ficción patria, pero lo cierto es que solo me resultó curiosa. El cómic, en cambio, sí me ha impresionado, sacándome así del confort de mis prejuicios.
5.6.22
La hispanofobia como error epistemológico: el caso del erasmismo español
En los estudios de humanidades, con frecuencia nos encontramos con prejuicios tan arraigados que se aceptan como válidos pese a su evidente falsedad. Uno de los más persistentes es la hispanofobia, que parece constituir un requisito implícito para obtener reconocimiento en determinados ámbitos académicos. En muchos estudios comparativos entre naciones europeas, la narrativa dominante presenta a ingleses, holandeses y franceses como agentes civilizadores, mientras que a los españoles se les asocia con la rapiña y la intolerancia religiosa. Esta distorsión, profundamente enraizada en la mentalidad europea y reproducida incluso en la propia España, merece una reflexión crítica sobre sus fundamentos y su validez histórica.
Cuando la documentación histórica y el análisis riguroso demuestran que la historia de Europa no puede reducirse a una dicotomía entre naciones ilustradas y oscurantistas, la cuestión adquiere un carácter epistemológico. Resulta pertinente preguntar por qué ciertos estudios de reconocido prestigio insisten en perpetuar una visión sesgada del legado español y por qué se tolera la difusión de interpretaciones que no resisten el contraste con las fuentes primarias.
29.5.22
Pierre Drieu La Rochelle
En Pierre Drieu La Rochelle (París, 1893-1945), la herida supura. Es el maldito entre los malditos, el atormentado, el colaboracionista, el chivo expiatorio. Dedicó toda su obra a hablar de decadencia y suicidio. Al final, consiguió ser coherente: tras la Liberación, rechazó huir, justificó su adhesión a Vichy y le ahorró balas a los gaullistas con una sobredosis de barbitúricos. Dejó libros que hoy solo se encuentran en bibliotecas y librerías de viejo; casi todo está descatalogado. Para leerle, hay que escarbar aquí y allá.
Sin embargo, leer sobre él sí es accesible. Además de en Internet, hay varias biografías publicadas. La más reciente y divulgada es la de Enrique López Viejo, Pierre Drieu La Rochelle, el aciago seductor (Ed. Melusina), muy recomendable como introducción al autor y a la época. Además, no pretende justificar retroactivamente a Drieu: lo presenta tal cual era, un dandi, fascista y misántropo que utilizaba a las mujeres para ascender socialmente; un tipo a veces delirante, frustrado y rencoroso, que toda su vida quiso morir. Imposible que nos resulte indiferente.
22.5.22
Ongs y sociedad civil
15.5.22
Así se domina el mundo
Parece claro que el coronavirus va a transformar nuestras vidas y que, cuando esto pase y salgamos de nuestros encierros, el mundo que encontraremos no será el mismo de antes. Trasladado a las humanidades, podemos decir que esta pandemia actuará como la navaja de Ockham, separando lo banal de lo importante y dejando solo lo necesario para la reconstrucción económica y social. Tardaremos mucho en volver a leer a plañideras anti-Ilustración, a disfrutar de retretes como culminaciones artísticas o a considerar buena filosofía la jerigonza posmoderna. Nos esperan problemas capitales, y los libros que leeremos ya no podrán ser pérdidas de tiempo; el panorama que se avecina es demasiado poco halagüeño.
8.5.22
Leer a Escohotado en tiempos de crisis
Antonio Escohotado cae bien porque su indiferencia hacia el canon progre es notoria. En sus libros, entrevistas y conferencias, defiende lo que cree que es la verdad sin importarle ser excluido de esa moralidad izquierdista que lo acapara todo, lo juzga todo y, finalmente, lo constriñe todo. A lo largo de su extensa vida ha estudiado y escrito sobre diversos ámbitos, como las drogas, la física y la economía, siempre desde una perspectiva más o menos libertaria. Es uno de los pocos intelectuales españoles inconfundibles: nadie dice lo mismo que él ni de la misma manera. Cualquier página suya es reconocible por su estilo y temática.
Todavía no existe un manual introductorio a su pensamiento, ni —que se sepa— una tesis doctoral de libre acceso en internet. Una pena. Si bien su obra es accesible para el lector medio, siempre es útil contar con la orientación de alguien docto que haya navegado más hondo en su pensamiento.
1.5.22
Los enemigos del comercio
Antonio Escohotado (Madrid, 1941) es uno de los intelectuales más completos que tenemos en España en la actualidad. Ajeno a las banderías políticas, buen escritor y divulgador, parece haberlo leído todo y saber de todo bastante. Además, es uno de los pocos pensadores españoles con repercusión internacional. Su Historia general de las drogas fue una obra pionera en su momento, ya que el estudio serio de las sustancias ilegalizadas era prácticamente inexistente hasta entonces. El libro fue traducido con éxito a varios idiomas.
Formado en derecho, sociología y filosofía, en los últimos años ha centrado su trabajo en cuestiones económicas. Su monumental trilogía Los enemigos del comercio es prueba de ello. El primer volumen, publicado en 2008, prometía ser el prefacio de una obra definitiva en la crítica del intervencionismo estatal y la defensa de la libre iniciativa. En él, Escohotado analizaba la caída del Imperio Romano como consecuencia de su transformación en una economía basada en el saqueo y la esclavitud, para luego ser sucedido por un cristianismo pobrista y mezquino en la Edad Media, igualmente hostil al comercio.
24.4.22
Ecología o catástrofe. La vida de Murray Bookchin
Murray Bookchin (1921-2006) fue un teórico anarquista y líder del movimiento ecologista estadounidense. A principios de los años ochenta publicó el celebrado La ecología de la libertad, que se tradujo al español en los noventa y aún circula en ciertos círculos junto con otras pocas traducciones de su obra. Recientemente, Virus Editorial ha publicado la edición en español de su biografía, Ecología o catástrofe. La vida de Murray Bookchin, escrita por su discípula Janet Biehl.
El libro supera las seiscientas páginas, pero resulta ameno y de fácil lectura. Además, la edición de Virus destaca por su buen diseño y una cuidada traducción. Biehl conoció a Bookchin en sus últimos años y, aunque aparece tangencialmente en la narración, la biografía no ahonda en detalles personales de ninguno de los dos. No sabemos, por ejemplo, si Bookchin se casó o tuvo hijos, o si le gustaba el jazz o el cine mudo. Más que un relato estrictamente personal, la autora aprovecha la vida y militancia de su biografiado para trazar una historia del movimiento ecologista estadounidense y, por extensión, del ecologismo a nivel mundial.
10.4.22
Hegel en Colombia
Germán Arciniegas (1900-1999) fue uno de los grandes intelectuales colombianos del siglo XX. Sus conocimientos eran vastísimos, y escribió docenas de libros a lo largo de su casi centenaria vida. Sin embargo, casi toda su obra y su actuación pública giran en torno a un único tema: la región latinoamericana y la defensa de su centralidad en la Historia frente a las hegemonías eurocéntricas. Por supuesto, su antagonismo con Hegel es constante; sus invectivas contra él son frecuentes. Y no es el único. Hegel ha gozado de mala reputación fuera de Europa, e incluso dentro de ella. Se le considera un claro ejemplo de arrogancia e imperialismo cultural. Estas críticas, como veremos, también se trasladan a Marx.
Debido al peso intelectual que tenía Arciniegas, su antihegelianismo no podía pasar desapercibido en el mundo académico del país. Danilo Cruz Vélez (1920-2008), probablemente el filósofo colombiano más importante del siglo XX, tuvo que confrontarse con él. En los cinco tomos publicados hasta ahora de su Obra Completa, hay varios textos referidos a este tema, escritos en algunos casos con varias décadas de diferencia.
3.4.22
En el viñedo del texto
Sobre Hugo de San Víctor, ya en el siglo XX, Ivan Illich escribió uno de los estudios más bellos y sugestivos que hemos leído nunca, En el viñedo del texto. Etología de la lectura: un comentario al Didascalicon de Hugo de San Víctor. Aquí no solo se expone lo poco que se sabe de la vida del teólogo sajón, sino que también se analiza el contexto y la finalidad de su obra, y, sobre todo, el período de transición que vivió, en el que el modo de lectura como liturgia colectiva se iba apagando por los avances técnicos y la propia evolución de la escolástica. Del saber entendido como tarea de memorización grupal de los textos sagrados se pasó gradualmente a la ya moderna actividad intelectual libresca y solitaria. La culminación del proceso vino con el tomismo y la llegada de las universidades, ya en el siglo XIII.
26.3.22
Contra las identidades
20.3.22
Wallerstein y la crisis del Estado-nación
13.3.22
Umbral o el contradiós
También —y aquí terminamos con las quejas—, una vez que empezamos a leer lo que se supone es un ensayo sobre Francisco Umbral, nos encontramos con un ensayista que chupa demasiada cámara. Arnao se defiende diciendo que él no habla de Umbral, sino de “mi Umbral”, pero hay momentos, por ejemplo cuando nos cuenta que le duele la espalda o que está escuchando a Madredeus, que simplemente sobran. Si hubiera estado más contenido, menos subjetivo, menos queriendo ser tan genial como el maestro, tal vez estaríamos ante un libro casi definitivo sobre el gran escritor. Pero no acaba de funcionar.
6.3.22
Hojas de Madrid
Francisco Umbral nunca dijo ser otra cosa que un arribista que buscaba canapés gratis y dormitar con baronesas. Eso le hace auténtico.
Las mil y pico páginas de su antología Hojas de Madrid son, sin embargo, apabullantes. La obra gira, evidentemente, en torno a Madrid y a “la sed de mujer”. Es una suerte de autobiografía involuntaria (la selección de textos se hizo por la editorial tras su muerte) del joven de provincias que viene a Madrid a buscar la gloria literaria y, tras pasar por la bohemia, triunfa como cronista de los altos salones del Poder. No sobra ni falta ni un adjetivo, y los textos funcionan con la precisión mecánica de un reloj. Es magnífico, todo un ejemplo a seguir en su cuidado del estilo, la claridad y el respeto al lector. La voz narrativa es el yo, un yo que duda y habla con autoironía; prevalecen sus elaboradas descripciones de personas y lugares, y lo acertado del relato de una época.
27.2.22
La monserga política
Una de las características más soporíferas e infantilizadoras del debate político-mediático en la España actual es la omnipresencia de la monserga. Está en todas partes. Justo cuando parece que podría surgir un discurso más o menos maduro e independiente, aparece el ofendido, el progre frailuno que viene a ejercer su dignidad moral, y se acaba entonces cualquier posibilidad de un intercambio de opiniones adulto.
En estas condiciones, no se puede hablar de nada sin vigilar hasta la última coma de lo que se dice, por si alguna palabra pudiera ser utilizada en contra. Es una regresión al parvulario, con la profe atenta a que nadie diga palabrotas. O peor aún, un retorno a los tiempos de la tutela eclesiástica, con su obsesión por la herejía y la condena.
Hay millones de ejemplos, pero basta con dos. Uno es cuando Aznar ridiculizó aquella campaña de la Dirección General de Tráfico que decía “No podemos conducir por ti”, preguntándose quién les había dicho que él quería que condujeran por él. Era evidente que hablaba del Estado y su intromisión en las libertades individuales. Sin embargo, Iñaki Gabilondo, con aires de monaguillo aranista alborotado, abrió su programa diciendo que Aznar animaba a la gente a conducir borracha. Como no podía faltar en la monserga, advirtió del mal ejemplo que esto suponía para los jóvenes.
20.2.22
Kieslowski y la imposibilidad de una respuesta definitiva
Este tipo de filosofía acelerada es el que encontramos en su libro Lacrimae Rerum. Ensayos sobre el cine moderno y ciberespacio, particularmente en un capítulo de unas ochenta páginas titulado “La teología materialista de Krzysztof Kieslowski”. En este ensayo, Žižek nos ofrece una lectura de la obra del cineasta polaco que, a pesar de estar salpicada de digresiones y citas lacanianas, contiene elementos que invitan a la reflexión profunda sobre el dolor, la culpa, la fe y la imposibilidad de encontrar respuestas fáciles a las preguntas más complejas de la existencia humana.