25.12.21

Historia de la poesía colombiana

Hay manuales que, bajo el pretexto de enseñar, ahuyentan. Prometen ser umbrales a una disciplina, pero su pedantería y complejidad sádica sugieren que el tema es un coto vedado, apto solo para mentes privilegiadas. En mi caso, la poesía siempre fue un brillo esquivo. Los manuales introductorios que consulté no hicieron sino ahondar mis inseguridades, dejándome con la sensación de que este arte me era ajeno, y sus guías, aún más indescifrables.

Por fortuna, Historia de la poesía colombiana. Siglo XX de Juan Gustavo Cobo Borda (Villegas Editores) irrumpió como un antídoto. Centrado en poetas de Colombia, este libro es un repaso accesible, ameno y valioso para profanos. Arranca con José Asunción Silva a inicios del siglo pasado y culmina con autores contemporáneos, vivos aún. Entre contextualizaciones históricas sencillas, ejemplos y análisis lúcidos, Cobo Borda traza un mapa que invita a explorar. La edición, con el distintivo lomo dorado de Villegas, es hermosa, aunque, como suele ocurrir con esta editorial, adolece de pequeños errores que un corrector habría pulido; nada, sin embargo, que empañe su encanto.

19.12.21

Tres sencillas propuestas para reflotar la filosofía en España

 

  • Queda prohibido que los curas, seminaristas o incluso monaguillos se reciclen en filósofos hasta que realmente se quiten los hábitos.

Lamentamos mucho la pérdida de las certezas que la fe prodiga, pero la filosofía no es un sustituto de la religión. No es una teología laica; en consecuencia, no requiere exégesis sistemáticas ni adhesión escolástica a la pureza de un texto revelado. Recitar coránicamente las palabras de Kant, Marx o Husserl no es hacer filosofía, es ser un papagayo. La filosofía se construye pensando contra los grandes filósofos, no siendo sus adeptos incondicionales.

La filosofía no es una fe de recambio. Los expiadosos varios pueden aficionarse al tai chi, al zen, al karaoke o a lo que prefieran, pero no tienen derecho a seguir embarrando la filosofía con sus anhelos de dogmas y su necesidad de la cálida familiaridad de la servidumbre intelectual.

12.12.21

Hollywood, de Charles Bukowski

Charles Bukowski (1920-1994) dejó tras de sí seis novelas, cinco de las cuales forman un magnífico opus autobiográfico protagonizado por su alter ego, Henry Chinaski, un escritor bebedor y algo lumpen que transita entre la miseria y el éxito con la misma cruda honestidad. Cartero, Factótum y La senda del perdedor retratan sus años de trabajos precarios y noches empapadas en bares de neón moribundo, mientras que Mujeres y Hollywood narran su vida de triunfador, con lectoras rendidas a sus pies y cheques que llegan como dulce maná. La sexta novela, Pulp, un divertimento metaliterario menor, queda fuera de este relato por su discordancia con el resto de su obra.

Hollywood (1989) se alza como un cénit en la carrera de Bukowski, con el rodaje de la película Barfly (1987) como telón de fondo. Chinaski, trasunto del autor, escribe el guion de esta cinta y, aunque insiste en que solo lo hizo por dinero y que despreció el mundo del cine, entre líneas se intuye lo contrario: amor por el proyecto, preocupación por su calidad y un orgullo soterrado. La novela, disponible en edición de bolsillo por unos pocos euros, es una puerta de entrada asequible al universo bukowskiano.

5.12.21

Lo que más me gusta es rascarme los sobacos, de Charles Bukowski

Charles Bukowski es un autor de extremos: sus libros malos son infames, desperdicios de papel que circulan como engendros innombrables; los buenos, en cambio, superan con creces lo que muchos están dispuestos a admitir. La senda del perdedor, Factótum, Cartero y Mujeres forman, leídas en ese orden, una autobiografía descarnada y magnífica. A ellas se suman joyas como El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco, un diario conmovedor de su último año, o Hollywood, una crónica tan hilarante como reveladora sobre la literatura y el cine. Sus relatos y ciertos poemas completan un legado desigual pero poderoso.

Lo que más me gusta es rascarme los sobacos (Anagrama) llega con una trampa editorial: presentado como obra de Bukowski, en realidad es un híbrido. Sus poco más de cien páginas se dividen entre un estudio de Fernanda Pivano sobre el autor y una entrevista-coloquio con él, acompañada por otros interlocutores. El libro, más que del californiano, es de la académica italiana. Sin embargo, este detalle no empaña su valor.

28.11.21

Sexo y política, de Carlos Fernández Liria

Carlos Fernández Liria es profesor de filosofía en la Universidad Complutense de Madrid y ha sido una figura influyente en los debates intelectuales en España en las últimas décadas. Es uno de los referentes intelectuales del primer Podemos, y muchos de sus alumnos formaron parte de la dirección del partido morado. También ha participado activamente en la discusión pública sobre la memoria histórica y la interpretación del pasado reciente de España.

Liria como autor es prolífico y publica más o menos un libro por año. Acaba de aparecer Sexo y políticaEl significado del amor. Como los otros libros suyos que he leído, no es una obra genial de lectura imprescindible, pero tampoco se lee con indiferencia. Merece la pena.