No es un libro solo apto para los que le veneramos como pensador. De hecho hay poca divagación filosófica. Es más bien la historia de una vida, un tiempo y un país; además está muy bien escrito. Empieza contando su infancia en Buenos Aires, en una familia hispano-italiana de inmigrantes, pero sin poetizar nada relativo al tema; como buen sartriano, no quiere tener orígenes, se niega a considerarse una genealogía. Luego habla de su adolescencia y el descubrimiento de su homosexualidad. También de sus años de formación existencialista; el nacimiento de su conciencia política, primero como peronista, luego y definitivamente como enemigo de cualquier forma de populismo. Entre sus amistades destaca a Carlos Correas y Óscar Masotta (éste último es el responsable del desembarco de la plaga lacaniana en España, por cierto). Más adelante narra cómo creó el Frente de Liberación Homosexual, y cómo malvivió en las sucesivas dictaduras del país. Y sobre todo describe su extrañamiento en el ambiente cultural porteño, tan encorado hacia formas de irracionalismo, y defiende su propio enraizamiento en el pensamiento filosófico europeo de los años cincuenta, con Sartre como padre intelectual, y Hegel y Marx como principales referentes históricos.
Habla poco de su propia obra, escrita precisamente contra todo lo
que vino después de Sartre, como el estructuralismo, la lingüística, el
psicoanálisis lacaniano, el neoheideggerianismo… Por modestia solo menciona
sus primeras publicaciones y meramente por lo que tiene de importancia
autobiográfica.
Su falta de resonancia en el mundo cultureta no debe
confundir a nadie: Es cierto que hay libros de Juan José Sebreli que están
enfocados a la política e historia argentinas y son difícil de seguir para el
lector foráneo (como es mi caso, que descarrilé leyendo Crítica de las ideas
políticas argentinas, por ejemplo). Pero otros son accesibles a cualquier
lector y poseen una calidad extraordinaria. Sebreli es sudamericano y liberal,
lo que le limita doblemente en el mercado filosófico, donde ya se sabe que esas
impertinencias se pagan caro, pero es un autor excepcional que merece mucha más
atención de la que tiene.
Ha sido una gran pérdida.
De los libros suyos que se pueden conseguir con cierta
facilidad en España, la trilogía El asedio a la modernidad, Las aventuras de la vanguardia, y El olvido de la razón (que se puede complementar con Dios en el
laberinto) es una barricada contra el pensamiento irracionalista y antimoderno
que se ha convertido en hegemónico desde hace unas décadas. Son manuales
imprescindibles para quienes defendemos la democracia liberal y las libertades
individuales frente a populismos identitarios.
Y Comediantes y mártires, aun siendo una desmitificación de iconos argentinos (Ché, Maradona, Gardel y Evita), al ser bien conocidos fuera, y sobre todo por su intención de derribar las leyendas nacionales en general, es accesible y recomendable a todo el mundo.
El riesgo de pensar y Escritos sobre escritos, ciudades bajo
ciudades reúnen artículos y ensayos breves. Sin embargo no aseguraría que han
envejecido bien, y son inencontrables ya.
El vacilar de las cosas es un magnífico texto introductorio
al marxismo hegeliano; no circuló en España aunque se encuentra en pdf en
internet. Lo mismo que El malestar en la política, aunque éste es menos
brillante.
Y para quienes odiamos en silencio el embrutecimiento de las
masas, La era del fútbol es el estudio definitivo sobre el fenómeno, y también
está en pdf.
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