Zizek dice en Acontecimiento que la filosofía de hoy se
parece a los últimos funcionarios de Vichy refugiados en el castillo de Sigmaringa, al sur de Alemania, poco antes del fin
de la II Guerra Mundial. Completamente derrotados e ignorados por
todo el mundo, estos burócratas se dedicaban a escribir compulsivamente
proclamas y decretos administrativos suponiendo que tantos papelajos les iban
a devolver un poder que ya habían perdido definitivamente. Zizek sostiene que los filósofos también actúan de esa manera: publican y publican teorías irrelevantes que a nadie
le importan y pretenden así que todavía tienen una autoridad en la que ya sólo creen
ellos mismos.
Podríamos hablar por ello de Filosofía Sigmaringa. Una
filosofía inútil, espectral, sin audiencia, autofágica, que además
se cree importante; una filosofía que pretende estar reflejando la realidad en sus juegos
lingüísticos cuando la realidad está ya muy por delante y mejor analizada por
otras disciplinas.
La Filosofía Sigmaringa -un nombre oportunamente alemán, plúmbeo y hasta algo ridículo, o sea como la filosofía idealista- desecha a los pensadores que
llegan al gran público y que por ello tienen influencia social. Le gusta más
ser un teatro chinesco en su castillo y reinar sobre sus pocos acólitos en lugar
de llegar a audiencias más generalistas.
Fernando Savater es un paradigma de autor denostado por esta
filosofía. Nunca le perdonarán que venda libros y que se entienda lo que
escribe. Por otro lado, él mismo afirmó desde el principio que no quería saber
nada de academias prestigiadoras, como queda claro en La filosofía tachada, una de sus primeras obras, donde señala las vergüenzas de la filosofía institucional, y que tristemente podría publicarse hoy sin tener que alterar ni una coma; todo sigue igual de mal.
El ninguneo a Savater es tal que no hay publicados estudios
extensos y rigurosos sobre su pensamiento. Muchos de sus libros están
descatalogados. No hay proyectado ningún curso de verano ni nada parecido para
empezar a clarificar su legado, sobre todo cuando él asegura que ya no va a
escribir más.
Lo que sí hay son tesis doctorales. Entre las aficiones
extrañas de este servidor de ustedes, y que les recomienda, está buscar tesis
doctorales de algún tema interesante en PDF. Hay de casi todos los temas y se
aprende mucho. De Savater hay tres descargables, que yo sepa, pero solo es
excelente la de Marta Nogueroles, La trayectoria intelectual de Fernando
Savater: el pensamiento crítico de un “joven filósofo”.
Nogueroles repasa toda la obra filosófica de Savater, y la
divide en tres fases: 1) período hipercrítico de los años setenta; 2) ética
trágica y compromiso democrático en los años ochenta; y 3) humanismo ilustrado
en los años noventa.
Las tres etapas tienen gran interés. La primera es
irreverente y libertaria; el Savater joven carga viperino contra todo y todos.
No parece que hoy esté especialmente orgulloso de esos libros, y salvo el
primero, Nihilismo y acción, ya no se reeditan. Sin embargo Para la
Anarquía, Apología del sofista y Panfleto contra el todo se
leen con gozo. Hoy se encuadrarían en el “anarquismo postizquierda”, ya que son
antimarxistas y anticolectivistas. Savater predica sanos egoísmos libres en
lugar de revoluciones y banderas rojas.
La segunda etapa coincide con su acercamiento al PSOE y su pretensión,
como más o menos reconoce, de ser un poco el “intelectual orgánico” del partido y de alguna manera ser el filósofo oficial de la democracia. El 23-F le había
alejado de las chanzas juveniles. Leído hoy, en tiempos de populismo y de un
victimismo patologizante, su visión de la democracia como pluralidad y de la
ética como tarea heroica de individualidades fuertes que toman las riendas de
su vida resulta casi incendiario. Además los libros de esta época no son lecturas
fáciles pero tampoco son imposibles de leer. Se nota que Savater quiere llegar a
un lector generalista. La tarea del héroe, Invitación a la ética,
El contenido de la felicidad, Ética como amor propio,…son de esta
época y todos son recomendables.
La tercera etapa es la del alejamiento gradual de los
socialistas y su valiente militancia antiterrorista. Su oposición a los
nacionalismos identitarios en nombre de Voltaire y el humanismo se plasma en Humanismo
impenitente, Contra las patrias, Diccionario de filosofía,… En
esta época se le puede considerar el filósofo del unitarismo nacional, pero
tampoco parece que haya cuajado en este papel. El nacionalismo es demasiado
poderoso en sus territorios y sus engranajes con el Estado no dejan espacio
para convertir a Savater en el gran intelectual-árbitro moral del país.
Ermua fue el trágico inicio de una sociedad civil que se
organizaba. Aquello podría haber evolucionado hacia cierta hegemonía cultural
resumida en el motto de Eugenio Trías: "España significa
libertad". Pero claro, hubiera hecho falta otro tipo de liderazgos políticos.
Savater y los intelectuales que se movilizaron con él podrían haber hecho las
veces de líderes de una nueva sociedad española, pero claramente no hubo
interés en las élites políticas de seguir por ese camino.
Savater es carismático y es un buen orador. En general cae
bien y tiene un pasado heroico como demócrata amenazado. Su obra tiene clara
vocación pública y se nota que quiso tener peso intelectual en la sociedad. En
Francia sería un icono nacional; aquí sólo lo fue por breve tiempo y únicamente de
parte del país. Pero sigue teniendo bastante potencial, y si hubiera vida
inteligente en eso que se ha venido a llamar el “constitucionalismo” utilizarían
a discreción muchos de sus textos e ideas.
En cuanto a sus habilidades como filósofo, que nadie se toma
menos en serio que él mismo, se le acusa desde Sigmaringa de poco profundo o de
no tener proyección académica. Eso es porque no publica en las típicas revistas
postestructuralistas o analíticas que no lee ni el tato. Pero sin embargo desde la
asociación de profesores de México le pidieron el manual de El valor de
educar, y millones de hispanoparlantes hemos crecido con sus libros.
Dentro de diez años sabemos seguro que nadie recordará a los
popes españoles de Sigmaringa (no daremos nombres porque todos sabemos quiénes
son). Sin embargo los libros de Savater seguirán siendo escuchados, pese a
quien pese.
No hay comentarios:
Publicar un comentario