28.12.24

Dos libros de Eduardo Tijeras, el escritor olvidado

Eduardo Tijeras es un misterio. Todo lo que sabemos de él proviene de un obituario en una web de empleados de los ferrocarriles. Apenas hay más datos en fuentes oficiales. Nació en Morón de la Frontera en 1931 y, de joven, se trasladó a Madrid como empleado de Renfe. Su nombre aparece fugazmente en alguna crónica de Francisco Umbral, que lo describe como parroquiano del Café Gijón o asistente ocasional a eventos diletantes. Escribió muchísimo, pero sus libros, por supuesto, están descatalogados. Sin embargo, se encuentran por docenas en tiendas de segunda mano, en múltiples títulos y ejemplares, lo que sugiere que, en algún momento, disfrutó de cierta gloria (suficiente como para publicar profusamente y ser mencionado por Umbral). García Viñó lo reivindica en su canon de la literatura española del siglo XX y lo ubica dentro del existencialismo católico. Murió hace tres años, sin hacer ruido.
Varios de sus libros que hemos leído son formidables. Nos centraremos en dos: Acerca de la felicidad y la muerte, un sólido ensayo sobre las filosofías de la existencia, y El estupor del suicidio, un estudio definitivo sobre este desasosegante tema.

Acerca de la felicidad y la muerte
Desde luego, Acerca de la felicidad y la muerte no parece obra de un autor destinado a brillar en una fiesta de fin de año. Umbral parece acertar al describirlo como un alma en pena en las cuchipandas literarias de Madrid. Publicado en 1971 y sin reediciones conocidas, el libro reúne varios ensayos independientes vertebrados por la idea de una “razón adversativa”, una búsqueda sin esperanza de razones para entusiasmarse por la vida. El capítulo más largo y central aborda el suicidio de Cesare Pavese y de otros escritores, un tema que parece obsesionar a Tijeras.
El libro sorprende por su prosa nítida, sin excesos ni grandilocuencias, algo poco común en textos tan cargados de desasosiego. Se lee con inquietante facilidad, pese a la profundidad de sus planteamientos. No hay estridencias; todo se expone con claridad, sin necesidad de descifrar significados ocultos. Tijeras bebe del existencialismo francés, la corriente dominante de su época, y se nota que está bien informado sobre el pensamiento europeo de su tiempo.
Es cierto que la premisa central del libro resulta algo trillada: la idea de que creer en el progreso y, a la vez, en el hombre como medida de todas las cosas es una contradicción insalvable, ya que el progreso destrona inevitablemente al ser humano como centro del mundo. Pero en los años setenta esta cuestión aún ocupaba a muchos pensadores, y lo sigue haciendo hoy, con autores mucho más promocionados —y menos sólidos— que Tijeras.
Leído en la actualidad, Acerca de la felicidad y la muerte ha envejecido, pero su valor como testimonio histórico es innegable. Tijeras se nos presenta como un antihéroe del existencialismo español, de esos que siempre llevaban chaqueta y corbata oscuras a pesar del calor y su juventud, compungidos por haber perdido la fe en el Dios de sus madres, enamorados de chicas yeyé, soñando con otra vida lejos de aquí… Algo así como el protagonista de Nueve cartas a Berta, película con la que comparte zeitgeist y que bien podría acompañar su lectura para comprender las angustias de los jóvenes del franquismo, justo antes de que la politización total de los setenta los arrastrara en otra dirección.

El estupor del suicidio
Publicado en Madrid en 1980, El estupor del suicidio debería ser un clásico. Muy bien escrito, didáctico y profundo, refleja un conocimiento exhaustivo sobre la muerte voluntaria. Se percibe que Tijeras dedicó años al estudio del tema. La lectura, inevitablemente, emana un aire melancólico; el autor parece dejarse las entrañas en sus páginas, convirtiéndolas en un campo de batalla contra sus propios demonios.
A pesar de ello, mantiene siempre el rigor y la voluntad académica. La primera parte aborda el suicidio desde la sociología y la psicología. Luego traza su evolución histórica, desde la Antigüedad —cuando el suicidio era destino de héroes—, pasando por la Edad Media y su condena religiosa, hasta llegar a la modernidad, con románticos, políticos derrotados y visionarios del desastre saltando a aguas heladas o colgándose en habitaciones crepusculares.
La segunda parte es un estudio detallado sobre el suicidio en escritores y artistas contemporáneos. La lista de creadores que decidieron matarse es extensa y, más allá del interés enciclopédico, Tijeras aprovecha cada caso para analizar motivaciones, métodos y consecuencias. Sus argumentos son sólidos, sus reflexiones reveladoras, y el análisis abarca prácticamente todos los ángulos del fenómeno. El libro concluye con un breve epílogo y un anexo sobre el suicidio en España, interesante pero seguramente desactualizado.
Es extraño que El estupor del suicidio no haya sido reeditado. Hay pocos libros tan buenos sobre el tema. Merecería volver a circular en una edición cuidada, al igual que otros títulos de Eduardo Tijeras, un escritor brillante y olvidado.


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