los días alciónicos
LECTURAS PARA RECUPERAR NUESTRO FUTURO
19.4.25
No tendrás nada y (no) serás feliz, de Javier Benegas
6.4.25
Giorgio Agamben. Justicia Viva, de José Luis Villacañas
5.4.25
El mito del eterno retorno, de Mircea Eliade
Mircea Eliade (1907-1986) es uno de
esos autores que, más que poseer una obra intelectual al uso, lo que ofrecen
son auténticas cosmovisiones del mundo. Su monumental Historia de las
creencias y las ideas religiosas, y otros libros adyacentes, como el Tratado
de historia de las religiones o la Metodología de la Historia de las
Religiones, ameritarían horas de dedicación y estudio, pero las urgencias
de la vida reducen nuestras lecturas a las obras más breves, como las que
Alianza publica en bolsillo: Lo sagrado y lo profano, Herreros y
alquimistas, o El mito del eterno retorno.
El mito del eterno retorno, en concreto, no es un libro largo ni particularmente difícil, y puede leerse en las breves treguas que nos concede esta existencia pauperizada por las pantallas y el asfalto. Consta de cuatro partes, todas interesantes y todas dejándonos con ganas de más. Eliade menciona en el prólogo que quiso incluir el subtítulo “Una filosofía de la Historia” en la cabecera, pero que, por modestia, prefirió dejarlo como está.
29.3.25
Mater dolorosa, de José Álvarez Junco

La nación es un marco político generalizado y aun así extraño: sin
tener mucho sentido ni base racional, no parece que podamos prescindir de
ellas en el mundo contemporáneo. Muchas personas las dan por supuestas,
como si siempre hubieran estado ahí y careciéramos de otra manera de
convivir. Sin embargo ningún académico las ve como realidades milenarias
o naturales: todos coinciden en que son imaginarios diseñados por
minorías, ficciones que con fuertes políticas educativas acabaron
imponiéndose sobre poblaciones que hasta entonces recurrían a la
religión como fuente de identidad (obviamente, si las naciones fueran
perennes, no haría falta inculcarlas en las escuelas).
Los estudiosos del nacionalismo solo discrepan sobre si el cambio de lo religioso a lo “nacional” como vertebrador social fue progresivo o súbito. Los llamados “primordialistas”
creen que antes de la Revolución Francesa y la industrialización ya
podemos encontrar en Europa formas de protonacionalismo del que los
nacionalismos actuales serían deudores –los discursos de Shakespeare
sobre Inglaterra, por ejemplo-. Los historiadores “modernistas”,
empero, consideran que los antiguos reinos y sus literaturas épicas no
son los antecesores de las naciones actuales, ya que éstas son
construcciones recientes –mera “ingeniería social” como las llama Eric
Hobsbawn, el príncipe de los modernistas-, inexplicables sin el mercado unificado y todos medios
tecnológicos y propagandísticos del Estado moderno.
22.3.25
Transhumanismo, de Antonio Diéguez
Los avances tecnológicos no es que estén simplemente revolucionando la sociedad, sino que están preparando el próximo paso evolutivo del ser humano. Ya no es cuestión de si la robotización transformará el mercado laboral, si habrá ordenadores superinteligentes o si seremos los últimos especímenes del Homo sapiens; la única duda es cuándo sucederá. La cuestión es si seremos testigos de estos cambios o lo serán nuestros nietos.
Para un optimista como Ray Kurzweil, el teórico de la Singularidad, estamos en los albores de un crecimiento exponencial radical del conocimiento. Los ordenadores están a punto de entrar en una espiral de automejora que les permitirá proporcionarnos saberes tales que transfigurarán completamente nuestra existencia. Para mediados de este siglo, los humanos acabaremos fusionados con las máquinas, alcanzando una existencia incorpórea y potencialmente eterna.
15.3.25
Los orígenes de la cultura, de René Girard
Afortunadamente, en la página 155 de Los orígenes de la cultura, el mismo Girard afirma que le gusta que le llamen “antropólogo clásico”. Así que, como en estos tiempos de sacralización de las identidades autopercibidas sería impertinente hacerle cualquier alegación, se queda con ese título.
René Girard fue, pues, un antropólogo clásico de larga vida cuyos intereses intelectuales empezaron en la literatura, continuaron en la antropología y culminaron en los estudios religiosos. Siempre desde una intuición inicial de que Aristóteles tenía razón cuando dijo que el ser humano se distingue de los otros animales en que es mimético (ahora sabemos que los animales también pueden ser miméticos, pero no es cuestión de corregir al Estagirita con datos científicos del siglo XX). Aunque esta idea nunca se abandonó del todo en la historia cultural de Occidente, sí transitó por caminos secundarios. Con la llegada de la modernidad y su encumbramiento del yo original a toda costa, esta concepción del hombre se convirtió directamente en anatema.
8.3.25
Filosofías del underground, de Luis Racionero
En los crepusculares días de la pandemia pasó desapercibido el fallecimiento de Luis Racionero (1940-2020), un ensayista casi siempre sugestivo que llevaba varias décadas publicando. Escribió muchos libros de diverso interés en los que trató temas como el urbanismo, el arte, la política y las religiones.
A diferencia de muchos de sus coetáneos, Racionero no se nutrió de las corrientes filosóficas continentales predominantes en su época o, si lo hizo, fue con manifiesto desagrado. Su formación fue eminentemente estadounidense, lo que marcó una notable diferencia en su enfoque intelectual. En su estupendo Memorias de California narra su periplo como estudiante en Berkeley en los años sesenta, donde se empapó del ambiente hippie, del pensamiento contracultural y de la revolución psicodélica. Esta experiencia marcó profundamente su obra, impregnándola de un aire lisérgico y libertario que lo acompañaría durante toda su trayectoria. Racionero rehuía la jerga postestructuralista afrancesada, prefiriendo citar y divulgar a autores anglosajones menos conocidos en el mundo hispano, como Alan Watts o Lewis Mumford. Su buen hacer escribiendo, claro y para un lector generalista, reflejaba también su impronta norteamericana.
2.3.25
Milan Kundera y el totalitarismo kitsch, de Iván Vicente Padilla Chasing
En sus 170 páginas se analizan los conceptos y reflexiones del autor checo, especialmente en El arte de la novela, La inmortalidad y La insoportable levedad del ser. El eje central del libro es el concepto de "kitsch", que comenzó designando lo cursi o excesivo en el arte, pero que con el tiempo amplió sus significados hasta adquirir, en Kundera, una dimensión política y sociológica de gran perspicacia. En La insoportable levedad del ser, el kitsch es el imperativo que nos obliga a conmovernos de una manera determinada, a marchar con la multitud con los ojos acuosos y a reverenciar al poder sin cuestionamientos.
22.2.25
El mito del rey filósofo, de Danilo Cruz Vélez
En cuanto a su estudio El mito del rey filósofo, que corresponde al tercer tomo de sus Obras completas, señala que el hilo conductor del mismo es la confusión entre filosofía y política, y aboga por una separación entre ambas disciplinas. Subraya, suponemos, que hay un hilo conductor porque el texto se compone de tres partes independientes, de extensión y profundidad desiguales. Como es habitual en los libros contemporáneos de filosofía, se trata claramente de un conjunto de trabajos publicados previamente por separado en revistas y ensamblados en forma de libro a posteriori, algo que, si bien puede restarle unicidad, a menudo facilita la lectura, como es el caso.
15.2.25
La abolición del trabajo, de Bob Black
Bob Black es un escritor anarquista estadounidense muy popular en el mundo angloparlante, aunque en español solo se ha traducido La abolición del trabajo. Wikipedia lo clasifica dentro de la “post-left anarchy”, junto a John Zerzan y Hakim Bey, lo que significa que difícilmente podría estar en mejor compañía. Existen, sin duda, paralelismos y diálogos entre ellos; se nota que caminan en la misma dirección.
Son tres pensadores nítidos como un disparo. No pertenecen a la academia ni necesitan académicos que interpreten sus libros. Cualquiera puede leerlos y sacar sus propias conclusiones. Tal vez por eso no son populares entre los intelectuales progresistas, quienes prefieren autores impenetrables como Deleuze o Lacan, de los que solo ellos pueden ser los glosadores, convirtiéndose así en una nueva casta sacerdotal entre seglares.
8.2.25
¿Política o Alprazolam?
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wikimedia |
La política actual no aspira a ser propositiva; de hecho, ni siquiera aspira a ser política. La vida en común y el entendimiento con los otros —es decir, trabajar por un mañana mejor— parecen ser lo de menos. Lo único que realmente importa es la purga de los demonios interiores individuales.
El economista J.A. Schumpeter afirmaba que un adulto normal, con una vida saludable, tan pronto se involucra en política “desciende a un plano inferior en materia de actuación mental. Argumenta y analiza de una manera que se consideraría infantil en el ámbito de sus intereses reales. Se convierte en primitivo. Su pensamiento se hace asociativo y afectivo”.
Los célebres cuñaos españoles, siempre con sus declamaciones maniqueas robadas de cualquier profesional de la opinadera mediática, son un buen ejemplo de esto. En su vida laboral pueden ser excelentes, como padres, dedicados y generosos, e incluso los mejores amigos del mundo. Pero como ciudadanos son de muy mala calidad. No les interesa la verdad ni el bienestar colectivo; para ellos, la política no es más que un escupidero de bilis, una hoja de reclamaciones por las promesas incumplidas al adolescente que fueron. Basta con escuchar a muchos conciudadanos hablar de la cosa pública para darnos cuenta de que no tienen la menor intención de arreglar nada: solo quieren encontrar a alguien a quien odiar.
1.2.25
La justicia social y otras justicias, de Julián Marías
Nadie pone en duda que Julián Marías (1914-2005) es uno de los filósofos españoles más importantes del siglo XX. Sin embargo, la mayoría de su obra está descatalogada, obligándonos a rebuscar en librerías de viejo para encontrar sus siempre sugestivos libros. La justicia social y otras justicias se publicó originalmente en 1974, tuvo una reedición a principios de los ochenta y luego se perdió en el limbo de los descatalogados. Casi podría considerarse un honor, si tenemos en cuenta las maravillas de libros que allí descansan mientras otros, pésimos, se reeditan con sádica regularidad.
Esta breve colección de ensayos autónomos aborda algunas de sus obsesiones temáticas de siempre—las generaciones, Iberoamérica, la manipulación política…—, todos, por supuesto, interesantísimos. Pero el que más destaca es un texto de apenas veinte páginas titulado Sobre la justicia social.
25.1.25
Madrid DF, de Fernando Caballero
En este inicio de 2025 toca replanteárselo todo. Los tiempos aceleran que es una barbaridad, y los marcos conceptuales que manejamos caducan con una rapidez asombrosa. La reciente proclamación de Trump como presidente de Estados Unidos por segunda vez es la señal más evidente de que estamos ante el fin de una época. Todo lo sólido ya se ha desvanecido en el aire.
Mientras tanto, en España llevamos seis años de un gobierno cuya única fórmula política es la polarización. El ciclo renovador que parecía abrirse con el 15-M está definitivamente enterrado, y hemos vuelto a donde empezamos, a la hegemonía partitocrática. Solo que ahora estamos más biliosos y desesperanzados. La casta política lo tiene claro: quiere que nos inmolemos como sociedad para que ella pueda sobrevivir. Muchos ciudadanos hemos llegado a la conclusión de que el sistema no tiene posibilidad de reforma y buscamos una salida.
18.1.25
Gárgoris y Habidis, de Fernando Sánchez Dragó
En el siglo XX español hubo una polémica intelectual que, de alguna manera, sigue coleando: la confrontación entre las visiones historiográficas de Américo Castro y Claudio Sánchez-Albornoz. Resumiendo a grandes trazos, el primero resaltaba la diversidad cultural de España, dando protagonismo a musulmanes, judíos y a las distintas regiones y subculturas, mientras que el segundo defendía una continuidad histórica desde la Reconquista cristiana hasta la actualidad, con el elemento católico como eje central de la construcción nacional. Ambos eran historiadores republicanos conscientes de que este debate no solo era una cuestión de interpretación del pasado, sino que tenía implicaciones en la cimentación del nuevo Estado.
11.1.25
Vida 3.0, de Max Tegmark
Recientemente, la editorial Taurus publicó la traducción de su libro Vida 3.0. ¿Qué significa ser humano en la era de la inteligencia artificial?, un ensayo de divulgación científica que se lee con la emoción de una buena novela de intriga. A lo largo de sus páginas, Tegmark expone una serie de escenarios posibles tras el desarrollo de la inteligencia artificial, explorando tanto sus utopías como sus posibles desenlaces apocalípticos. No obstante, como científico, evita los extremos y se centra en las posibilidades intermedias. Así, explica con serenidad los riesgos reales de un dron militar fuera de control, pero también imagina una sociedad donde la tecnología reduzca al mínimo las horas de trabajo. Al mismo tiempo, rechaza por completo la imaginería a lo Terminator, argumentando que una IA no tiene por qué desarrollar una voluntad de dominación tan específicamente humana, y mucho menos crear un ejército de cyborgs tan torpes como los de la famosa película.
4.1.25
Filosofía: quién la necesita, de Ayn Rand
28.12.24
Dos libros de Eduardo Tijeras, el escritor olvidado
Varios de sus libros que hemos leído son formidables. Nos centraremos en dos: Acerca de la felicidad y la muerte, un sólido ensayo sobre las filosofías de la existencia, y El estupor del suicidio, un estudio definitivo sobre este desasosegante tema.
21.12.24
El libro de Cartago, de Juan Eduardo Cirlot
Cartago es el océano; aparición tan sólo, nube solamente."
— El libro de Cartago, Juan Eduardo Cirlot
Sin embargo, más allá de estos hechos, se sabe poco sobre Cartago. Los romanos no solo destruyeron la ciudad, sino también toda la memoria que había de ella. Y, como suele ocurrir, este olvido la ha convertido en un símbolo.
14.12.24
Manuel García Viñó, malbaratado
El escritor Manuel García Viñó (1928-2013) adquirió cierta notoriedad mediática cuando propinó un puñetazo al también escritor Vicente Molina Foix tras un acalorado debate en el programa Negro sobre blanco. Como suele ocurrir en estos casos, la anécdota caricaturiza al personaje, y para muchos, Viñó es solo el hombre del puñetazo, en detrimento de una obra que, más allá del escándalo, tiene un interés indiscutible.
Autor de más de cincuenta libros, García Viñó lideró La Fiera Literaria, una publicación itinerante que desmantelaba sin piedad a los grandes nombres de la novela española contemporánea. Sin embargo, ni él es hoy especialmente valorado ni La Fiera le ha sobrevivido; su legado ha quedado reducido a una web perdida en el ciberespacio. Este silencio tiene explicaciones obvias en lo político y lo económico: alguien tan a contracorriente difícilmente tendría acceso a los grandes canales de difusión. Pero también es posible que su ineptitud social facilitara las cosas a sus adversarios.
7.12.24
Contra la democracia, de Jason Brennan
El libro carece de argumentos sólidos y de una bibliografía potente; tiene algo de panfleto que, en realidad, no se toma demasiado en serio a sí mismo. Sin embargo, es desafiante y cuestiona muchos lugares comunes ideológicos. Sabe cómo ser polémico, aunque menos de lo que esperaba su autor, que confiesa en el prólogo que, cinco años antes, su obra no habría despertado interés.